La familia de Ángeles Zurera, mujer que desapareció en Aguilar de la Frontera (Córdoba) a principios de marzo de 2008, ha interpuesto un recurso de reforma subsidiario de apelación contra el auto del Juzgado de Instrucción de dicho municipio por el que la jueza decretó el archivo provisional de las diligencias previas incoadas por su desaparición.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y ha adelantado el diario ABC, que ha informado de que está pendiente la resolución de este recurso contra el archivo de la causa decretado después de que fueran infructuosas las labores de búsqueda en julio del año pasado en un terreno apuntado por la Guardia Civil.

En concreto, los últimos trabajos de búsqueda del cuerpo de Ángeles Zurera se reanudaron a finales del mes de julio de 2020 en un solar de la antigua Cooperativa Jesús Nazareno de Aguilar, pero concluyeron "sin novedad" que aportar sobre su paradero.

Al respecto, la búsqueda se pudo llevar a cabo después de que el juzgado reabrió el caso en 2019, tras la solicitud del Instituto Armado en mayo de dicho año, de manera que dio el visto bueno para se procediera a buscar en dicho solar a las afueras del municipio, en un lugar que aún no se había investigado.

Con esa petición, el caso, que se encontraba archivado de manera provisional, se reabrió de forma automática, si bien el juzgado ha acordado de nuevo su archivo provisional, algo que la familia ha recurrido.

Además, durante marzo de 2019 se conoció también que la familia envió a un laboratorio especializado los dos últimos teléfonos que había usado la mujer desaparecida. Querían conocer, con las posibilidades de investigación de hoy día, todos los posibles movimientos y manipulaciones que hubieran podido sufrir estos terminales, sin que haya trascendido pista alguna.

Ángeles Zurera desapareció sin dejar ningún tipo de rastro en marzo de 2008. Durante meses se produjeron continúas búsquedas y rastreos de terrenos, y también en propiedades y obras en las que había trabajado su exmarido, el único investigado en relación con la desaparición y que, de hecho, fue condenado por los malos tratos que sufrió la mujer pocos días antes de desaparecer.