Las primeras uvas del marco vitivinícola Montilla-Moriles comenzarán a recolectarse a finales de esta semana o o a comienzos de la siguiente. Así se avanzó ayer durante el pleno que celebró el Consejo Regulador y en el que se puso de manifiesto que la falta de precipitaciones durante buena parte de la primavera aconseja adelantar unas dos semanas el inicio de la vendimia, la más temprana de la Europa continental.

De este modo, la recolección mecánica de las primeras variedades de uva blanca, ideales para la elaboración de vinos jóvenes sin crianza, podría arrancar en la madrugada del próximo lunes, si bien no se descarta que los controles a pie de viña que desarrollan los enólogos de las distintas cooperativas y bodegas adscritas a la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles aconsejen, incluso, un inicio más temprano.

Tras la recogida de la variedad Chardonnay, la vendimia continuará con las uvas del tipo Verdejo, Sauvignon Blanc y Moscatel para, finalmente, completar la campaña con la variedad autóctona del marco, la Pedro Ximénez, que se extiende a lo largo del 85 por ciento de la superficie del marco vitivinícola cordobés.

De esta forma, Montilla-Moriles adelantará casi en veinte días el inicio de la campaña con respecto al 2018, cuando la recolección se inició el 8 de agosto, fecha habitual para el comienzo de la vendimia en el marco cordobés. En esta ocasión, la falta de precipitaciones durante la pasada primavera ha motivado este adelanto de la cosecha, una situación que no es nueva en la zona pues, ya en 2017, la corta de la uva comenzó el 19 de julio, tras una intensa ola de calor que asoló la Campiña cordobesa.

Asimismo, la falta de precipitaciones no solo marcará un inicio más temprano de la vendimia sino que, además, hace temer una caída de la producción con respecto a la pasada campaña próxima al 30 por ciento, si bien se espera cosechar un fruto de «gran calidad», gracias a las suaves temperaturas registradas en los últimos meses, lo que ha favorecido un proceso madurativo sin estrés térmico.

El pasado año, Montilla-Moriles finalizó la vendimia con un aforo de 44 millones de kilos de uva blanca, una producción que supuso un incremento del 30 por ciento con respecto a 2017. Con todo, en los últimos tiempos, la campaña más productiva fue la del año 2003, con 86,1 millones de kilos de uva, una cosecha que permitió elaborar 14,5 millones de litros de vino.