Ha fallecido el empresario de Palma del Río Marcelino Canovaca Hinojosa. Canovaca fue distinguido el 28 de febrero del 2006 con el título de Hijo Adoptivo de la Ciudad de Palma del Río por su compromiso empresarial y social, una trayectoria que fue reconocida con el CECO de Plata. Al recibir el título de Hijo Adoptivo afirmó que “no me puedo sentir solo cuando me adopta lo más grande, mi pueblo de Palma del Río”.

Marcelino Canovaca Hinojosa dejo su impronta empresarial con una autoescuela donde se formaron tantos palmeños y vecinos de la comarca; y una asesoría de empresas, Oficina Técnica de Servicios. Vecinos cercanos de su generación subrayan la creación de empleo generada desde esta familia.

Su trayectoria profesional le llevó a formar parte de la junta directiva de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Córdoba y fue miembro de la junta directiva de CECO. Por otro lado, también hay que destacar su compromiso político, ua que formó parte de la primera corporación municipal democrática formando parte de la candidatura de UCD. Contaba a Diario CóRDOBA, con motivo del Día de Andalucía del 2006, que “todo empezó con 150.000 pesetas que le prestó su padre”.

Su hijo, Jesús Canovaca Ruano, ha querido recordarlo en su muerte en unas líneas tituladas A un gran padre:

"Escribo estas breves líneas -dice el hijo- cuando mi gran padre está de cuerpo presente, entre lágrimas de pena y, por otro lado, contento de que se haya acabado su sufrimiento. Son tantas las cosas buenas que un hijo puede decir de un padre, pero, además, en el caso de nuestro padre es que ha sido un gran padre, no solo un padre.

No parece que tenga mucho valor que un hijo sea el que hable bien de su padre, pero como me siento tan orgulloso de este gran padre que he tenido quiero expresarlo públicamente. No solo ha sido un ejemplo de padre por cómo nos ha querido y educado. Para mí, lo más importante es que ha sabido transmitir a sus 6 hijos, nada más y nada menos, la educación en los valores fundamentales de una persona y que para él eran o así los he recibido yo. Lo más importante en la vida es la familia, ser honrado y ser generoso. Además de inculcar estos valores entre sus hijos, siempre ha predicado con el ejemplo abanderando estos valores en primera persona.

Y por mucho que él ha insistido, probablemente no hubiera calado tanto ni hubiera tenido la repercusión que él deseaba si a su lado no hubiera tenido a una gran mujer y una gran madre como la nuestra. Una madre que como el anuncio de las pilas alcalinas no parece que se le agoten y sigue y sigue y hasta el último suspiro de nuestro padre ha estado a su lado, después de más de 12 años sobrellevando estoicamente una enfermedad tan puñetera como el alzhéimer.

El mayor legado que los dos van a dejar será su gran familia, 32, creo que somos; ya hasta he perdido la cuenta. Con sus 15 nietos y una bisnieta y media porque viene la segunda de camino y a cuál de ellos más orgullosos de sus grandes abuelos y no precisamente por la altura.

Alguien dijo por ahí que junto a un buen hombre siempre hay una gran mujer y con nuestros padres se cumple al 100%. A mis grandes, grandísimos padres, Marcelino Canovaca y María Ruano".