El Ayuntamiento de Montemayor avanza en el estudio del hallazgo del carro íbero en el Cerro de la Horca. El doctor Marc Gener, del centro Marie Curie Fellow de la Universidad de Cambridge, se ha encargado de tomar muestras para el análisis de la tecnología y la metalurgia del hierro con la que se fabricaron las ruedas del descubrimiento, que data del siglo IV antes de Cristo. Así, proyectiles de honda en plomo encontrados en la misma fosa, utilizados en la batalla de Ulia entre Julio César y Pompeyo, están siendo sometidos a un estudio metalúrgico por el doctor Ignacio Montero, miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Así, la UAM ya prepara nuevas exploraciones en la localidad.

«Los análisis permitirán estudiar la tecnología del hierro empleada y su adecuación a la función que debía ejercer cada parte del carro», según ha informado Fernando Quesada, coordinador del proyecto y catedrático de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, cuya fundación (FUAM) pilota el convenio con el consistorio montemayorense. Para ello, la incorporación al equipo de estos miembros, que trabaja el asedio de Julio César en las batallas civiles romanas, supone un espaldarazo al proyecto. El pasado verano la delegación de Patrimonio Histórico de la Diputación de Córdoba autorizó el proyecto de limpieza, consolidación de las piezas y restauración de los restos.

En este lugar de ofrenda a altos cargos íberos con más de 2.500 años de antigüedad, además de las cuatro ruedas y monedas romanas, se encuentran entre otros, los proyectiles utilizados en el asedio de la ciudad íbera. El CSIC se hará cargo del estudio de isótopos, a través del doctor Ignacio Montero, quien designará «la procedencia del metal con que estos glandes fueron fundidos», comenta el doctor Quesada.

Lo que sí se conoce ya de estos objetos es que son vestigios de enfrentamientos bélicos. «Hay noticias suficientes sobre diversos hallazgos como para pensar que en torno a la ciudad se asentaron campamentos militares y se libraron fuertes batallas», destaca Fernando Quesada, director del proyecto Ciudades y complejos aristocráticos ibéricos en la conquista romana de la Alta Andalucía. Así, recordó la posibilidad de que estos elementos formaran parte de una antigua necrópolis. Huellas romanas que conducen al Museo Arqueológico de Ulía, lugar en el que se podrá contemplar este antiguo carruaje una vez finalizados los trabajos de exploración.

Este minucioso estudio de sus distintos elementos ayudará a la reconstrucción del vehículo. Fue incluido por National Geographic como uno de los descubrimientos más extraordinarios del año 2018.