La proliferación de palomas en el centro histórico de Montilla está provocando daños de diversa consideración en la fachada y en los tejados del edificio de La Tercia y en otros inmuebles situados en el entorno de la plaza de La Rosa.

Así lo ha denunciado la asociación de vecinos El Centro, que integra a la mayor parte del casco urbano de Montilla. El vicepresidente de este colectivo, Julián Ramírez, ha exigido al Ayuntamiento actuaciones urgentes encaminadas a resolver este asunto, que no sólo está causando desperfectos a edificios emblemáticos, sino también a casas particulares y molestias a los propios transeúntes y a los usuarios de las terrazas de verano situadas en las inmediaciones de la principal plaza montillana.

Los excrementos de estas aves contienen un alto nivel de ácidos fosfóricos y úricos que llegan a tener un gran poder corrosivo. Este hecho ha provocado el deterioro de la fachada de La Tercia y del Teatro Garnelo. Asimismo, afecta a la carrocerías de los vehículos estacionados en las calles, mancha las aceras y el propio pavimento de la plaza.

La molestias se han acentuado en los últimos meses, ya que, según Julián Ramírez, son cada vez más abundantes las palomas que sobrevuelan el casco histórico de la ciudad.

La asociación ha pedido que se ponga en marcha un sistema para frenar la proliferación de estas aves y, posteriormente, aplicar las medidas oportunas para reducir la población.

Los vecinos no quieren que se apliquen soluciones extremas que puedan acabar con la vida de estas aves, pero entienden que la salud pública y el patrimonio local están por encima de otros posicionamientos ecologistas.

Los problemas pueden afectar incluso al interior de las viviendas. En concreto, en La Tercia, la acumulación de palomina sobre los techos rasos del interior ha amenazado la integridad de las viviendas de la planta superior. No obstante, este problema quedó resuelto con la instalación de telas metálicas, evitando la entrada de las aves.

Asimismo, se tiene constancia de la acumulación de excrementos en edificios como el templo renacentista de San Agustín.