Las obras de consolidación de la torre del homenaje del Castillo de Priego, una actuación cuya cuantía asciende a 456.584 euros financiados en un 75% con el 1,5% cultural del Ministerio de Fomento y el 25% restante por el Ayuntamiento prieguense, han servido para recuperar algunos espacios y elementos y dejarlos tal y como se encontraban en la Edad Media. Entre ellos, las aspilleras medievales de finales del siglo XIII, que fueron sustituidas por ventanas cuando, en el siglo XIX, la torre comenzó a utilizarse como granero.

Junto a esta recuperación, el control arqueológico de la actuación ha aportado una jugosa información sobre técnicas constructivas, obteniéndose dataciones radiocarbónicas de los restos de madera originales de la segunda mitad del siglo XIII. También se ha procedido al análisis de los morteros, estudios de paramentos, de estratigrafía, permitiéndose documentar la solución de la cubierta que presentaba la torre desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Desde el punto de vista de la cultura material, y como en su día destacó el arqueólogo municipal, Rafael Carmona, se han producido una serie de hallazgos catalogados como «excepcionales» en el ámbito de la arqueología medieval de la Península Ibérica, entre ellos varias puntas de flecha en dos de las fachadas de la torre, datadas en 1341, así como una armadura de placas de finales del siglo XIV.

El último de estos hallazgos ha sido un arco conopial gótico decorado que se encontraba cubierto con yeso y cal. Elemento de un valor artístico incuestionable que corona el acceso de entrada a la planta intermedia y corresponde a las obras que se hicieron en el primer tercio del siglo XVI para acondicionar la torre como vivienda. r.c.C.