El proyecto de excavación y preconsolidación que desde principios de año viene desarrollando el Ayuntamiento de Montemayor en el histórico castillo de Dos Hermanas, una antigua fortaleza musulmana situada a unos 6,5 kilómetros del casco urbano, junto al cauce del arroyo Carchena, ha permitido descubrir vestigios ocultos de una antigua aldea que, posteriormente, daría origen al actual municipio de la Campiña cordobesa.

La actuación, que cuenta con el respaldo de la Diputación, ha estado dirigida por Santiago Rodero, arqueólogo de la Universidad de Córdoba (UCO) y forma parte de un plan de recuperación integral del entorno del que se está encargando un equipo multidisciplinar coordinado por el arquitecto José Manuel Reyes Alcalá y asesorado por el Departamento de Historia Medieval de la UCO, con el profesor Javier López Rider al frente.

«La excavación ha empleado las más modernas técnicas teledetectivas -como la prospección geomagnética y diferentes vuelos fotogramétricos- y ha permitido localizar la existencia de los vestigios ocultos de la originaria aldea, así como diversas torres y muros alrededor del castillo, junto con un acceso en recodo desde el camino medieval situado en la ladera meridional», detalló ayer el concejal de Cultura y Patrimonio Histórico, Antonio Soto.

Unos hallazgos que, como reconocen los integrantes del equipo multidisciplinar que desarrolla los trabajos de excavación y preconsolidación de este espacio patrimonial, «permiten conocer en su totalidad la planta original de la fortaleza de Dos Hermanas».

Asimismo, la excavación -que ha contado con la colaboración de la empresa Patricia de la UCO y Decohabitalia, que han participado en la restauración de los estructuras excavadas- ha permitido recuperar la falsabraga este, la liza originaria y la cortina oriental del castillo, una de las 27 fortalezas entregadas por los musulmanes a Fernando III el Santo.

Además de constatar las dimensiones en planta de la Torre del Homenaje, así como la presencia de un alambor en la falsabraga meridional y un posible foso en la fachada Este, las excavaciones llevadas a cabo en el castillo de Dos Hermanas han permitido estudiar, en el interior de los muros, las caballerizas y, además, han delimitado las crujías del patio principal.

«Como hecho más relevante para la comprensión del edificio se puede adelantar la existencia de dos vanos de entrada a las cuadras, desde el acceso principal, con una puerta de paso a una sala lateral que conserva el suelo de lajas originales», destacó ayer el concejal de Cultura, Antonio Soto, quien resaltó que estos datos ponen de manifiesto la existencia de un nivel de suelo que se ha conservado, como mínimo, desde el siglo XIV.

«Esta actuación contribuirá a enriquecer el patrimonio de Montemayor», apuntó Antonio Soto, quien precisó que, a día de hoy, continúan las labores de restauración y consolidación de la fachada este de la antigua fortaleza con el objetivo de «poner en valor un recorrido patrimonial que permita disfrutar del emblemático Castillo de Dos Hermanas a la población de Montemayor y de los municipios cercanos».