Tiene 26 años y una mente privilegiada que le ha hecho valedor de una beca de doctorado financiada por La Caixa en el Instituto de Astrofísica de Canarias, una beca que ya ha dado sus primeros frutos. Ocurrió en abril, pero no ha sido hasta esta semana cuando se ha hecho público en las revistas especializadas el hallazgo del astrofísico prieguense Rafael Luque, que bajo la supervisión del también astrofísico Enric Pallé y la colaboración de un equipo de más de 70 investigadores, ha logrado situar en el universo un nuevo sistema solarnuevo sistema solar vecino al nuestro. Según Luque, «en este caso, la estrella no es exactamente como el sol, es más pequeña, una enana roja denominada GJ 357». Aunque lo normal en estos casos es localizar un sistema y un planeta, dos como mucho, en este caso, ha sido posible detectar la estrella y tres de los planetas que orbitan a su alrededor.

Lo explica Rafael Luque, que casualmente pasa unos días en su localidad natal tras varios meses de investigación en el Observatorio de Heildelberg (Alemania). «El descubrimiento fue posible gracias a una alerta del telescopio espacial TESS, que financia el MIT y la NASA, un telescopio que observa todo el cielo y se detiene cada mes en una zona, tras lo cual hace públicos los resultados obtenidos», señala. El pasado mes de abril saltó una alerta sobre la existencia de un planeta junto a la estrella GJ 357, una vieja conocida de los investigadores y la comunidad científica se puso a funcionar. El cordobés y su equipo confirmó el hallazgo solo cuatro días después gracias a la consulta inmediata de datos procedentes de otros observatorios terrestres y a medidas de velocidad radial de la estrella.

«Lo fortuito fue encontrar dos planetas más, sobre los que existían datos durante años que hubieran permitido descubrirlos antes aunque ha sido gracias a la pista del TESS lo que lo ha hecho posible», comenta. «Desde el 2014 hasta ahora descubrir un exoplaneta es más habitual que hace años, pero ya no solo cuenta hacerlo, hay que ser el más rápido porque hay mucha competencia y mucha gente mirando el mismo cielo».

El sistema solar en cuestión se encuentra a 31 años luz, una distancia considerable que, sin embargo, lo sitúa como uno de los más próximos a la Tierra. De los tres planetas localizados, dos son especialmente interesantes, el más próximo y el más alejado a la estrella enana roja. El primero «es exactamente igual que la tierra en términos de tamaño y propiedades y permitirá estudiar la atmósfera aunque al estar tan cerca de su sol está achicharrado y no esperamos que haya vida allí».

El más alejado es el que podría considerarse el planeta «habitable» más próximo a la Tierra, una supertierra con una masa 3,4 veces mayor «que podría tener una atmófera densa y rica en CO2 con la que atrapar el calor suficiente para ser una supertierra oceánica con mucha agua». ¿Que si sería buen candidato a una mudanza terrícola en caso necesario? ¿Que si podría haber vida allí? De momento, «todo son especulaciones», recalca el investigador cordobés, «se tardaría mucho en ir, pero ¿quién sabe?». Para quienes miran las estrellas, el milagro ocurre a diario ante sus ojos y no hay nada imposible.