La preocupación entre los agricultores comienza a ser patente por los devastadores efectos que podría tener un nuevo otoño con lluvias escasas sobre los principales cultivos de la Campiña Sur.

«Probablemente estemos ante el ciclo de sequía más largo de los últimos treinta años», aseguró Juan Rafael Portero, presidente de la cooperativa La Aurora. En declaraciones a CÓRDOBA, este ingeniero técnico agrícola montillano se mostró convencido de que ni siquiera los ciclos de sequía registrados en la década de los ochenta y de los noventa, que afectaron notablemente la producción de los viñedos, los olivos y los cereales, generaron una situación «tan dramática» como la sequía actual. «Es preocupante, incluso, para tierras acostumbradas a la falta de agua», reconoció Portero.

En campañas como la del aceite de oliva, que dio comienzo hace unos días, los efectos de la falta de lluvias son más que evidentes. De este modo, el primer aforo de producción del olivar de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural prevé una caída del 15,8%, una estimación que se mantiene a pesar de las lluvias que se han registrado en las últimas semanas.

Por su parte, desde la cooperativa La Unión de Montilla -una entidad fundada en 1979 por un grupo de agricultores auspiciados por la Unión de Agricultores y Ganaderos (UAGA)- reconocen que aunque la producción de aceite caerá «irremediablemente» este año entre 14 y 16 puntos con respecto a la pasada campaña, el rendimiento del fruto «parece mejorar» con respecto al aforo dado a conocer el pasado mes de octubre.

«Las últimas lluvias se han transformado en seis o siete puntos más de rendimiento, pero si llega el frío antes de que caiga más agua, la tierra se secará totalmente», explicó el gerente de la entidad, Antonio Martínez, quien se mostró confiado en que la merma en la producción de aceite a nivel nacional no implique un problema de desabastecimiento del mercado, dado que otros países como Italia y Grecia prevén un 70% más de producción esta campaña.

La situación para los viñedos del marco Montilla-Moriles tampoco es muy diferente. Tras un verano de temperaturas extremas, que obligaron a adelantar la vendimia, la ausencia de lluvias no hará sino complicar la próxima cosecha. Con todo, los responsables de La Unión -que lleva a cabo la mayor vendimia de toda Andalucía- reconocen que «todavía es pronto» para analizar los posibles efectos de la sequía de cara a la próxima campaña.

En la misma línea, Juan Rafael Portero aseguró que aunque la última campaña terminó siendo algo más positiva de lo que se había previsto, «las viñas están ya agotadas para la próxima cosecha, después de cuatro años sin una gran pluviometría».

En lo que respecta al cultivo del ajo, desde Asaja-Córdoba aseguraron estar «en alerta» ante los efectos que la escasez de agua tendrá sobre las cosechas de ajo spring y morado, para los que se prevé una ligera caída en la superficie sembrada. En este sentido, el presidente de la Sectorial Nacional del Ajo, Miguel del Pino, reconoció que «si no llueve en lo que queda de otoño habrá dificultades para mantener la calidad y el tamaño de los ajos».