En tiempos de epidemias surgen héroes salvadores y caen otros que vivieron épocas mejores como bienhechores. Y en la larga transición entre el Medievo y la era Moderna desaparecieron los otrora protectores contra la peste, san Roque y san Sebastián, y aparecieron devociones salutíferas nuevas. Es el caso de Castro del Río, que a finales del siglo XVI perdió la confianza en el santo nacido en Montpellier, con bubón pestífero en la ingle, para depositarla en la Virgen de la Salud.

Esta devoción nueva salvó a la población de la epidemia de peste de 1601 y, desde entonces, ante la aparición del cólera morbo, tabardillo, fiebre amarilla o cualquier calamidad meteorológica, los castreños acudieron a la antigua ermita de san Roque, en la que se encontraba la imagen de la Virgen de la Salud, que fue desplazando al santo francés y nombrada patrona de la población.

Una devoción que se manifiesta en las visitas que los castreños realizan a la ermita de la Virgen de la Salud durante el año, excepto los dos meses que permanece en la parroquial de la Asunción. Una devoción, la más antigua de Córdoba a esta advocación, que está en peligro ante la situación de la ermita.

Hace cuatro años, ante el estado ruinoso de la vivienda del sacristán aledaña a la iglesia y para evitar su derrumbe y que produjera daños a viandantes y alumnos del colegio e instituto vecinos, se procedió a la demolición de los muros interiores y a derribar el tejado, situación que afectó al lateral del santuario y a su fachada, con la aparición de grietas y el desplome de cascotes. Asimismo, las humedades están dañando la estructura de la ermita. Según la hermandad de la patrona de Castro del Río, por motivos económicos no se pudo construir el tejado en esos momentos.

Levantar la cubierta

Tras las lluvias de esta primavera la situación se agravó, aconsejando los arquitectos del obispado y de la población, según la vicealbacea, Salud María Urbano, levantar la cubierta con la máxima premura, temerosos de que las inclemencias del tiempo dañen el santuario, con el consecuente desplome de los muros y la destrucción de la pequeña iglesia que acoge a la Virgen de la Salud. El presupuesto que maneja la actual junta de Gobierno de la hermandad para llevar a cabo acciones de urgencias, realizar la estructura y el tejado es de 18.000 euros.

Los actuales responsables, que tomaron posesión hace unos meses, comenzaron a realizar actividades y solicitar donativos para recaudar fondos, pero el estado de alarma por la pandemia de covid-19 desbarató sus proyectos. A pesar de ello, con la venta de balconeras con motivo del 30 aniversario de la coronación y las aportaciones de devotos, con algunos donativos importantes, están recaudando a buen ritmo fondos, pero aún queda mucho por andar hasta que el peligro que rodea a la ermita desaparezca. Según el secretario de la hermandad, Juan Luis Navajas, continúan solicitando ayuda y planificando actividades para conseguir los 18.000 euros para salvar la ermita.