Los equipos Roca de la Guardia Civil entraron en funcionamiento en el año 2013 para dar respuesta a la creciente delincuencia que se venía registrando en el medio rural, con abundantes robos tanto de enseres y aperos como de cosechas, que venían acompañados de daños diversos en las explotaciones y cultivos. Los agricultores reclamaban más seguridad para sus explotaciones, ante la dificultad de combatir tales ataques. Así, desde la Comandancia de Córdoba se crearon en aquella época cuatro equipos Roca para atender las comarcas de la zona central de la provincia (dos en el Valle del Guadalquivir y otros dos en el Sur de la provincia), uno que abarca desde La Carlota hasta Baena y otro desde Puente Genil a Fuente Tójar, aproximadamente. La eficacia de estos grupos, según apuntan desde la Comandancia, aconsejó que se incrementara esta dotación en un equipo más para la zona norte.

Desde su creación, según los datos facilitados por la Comandancia cordobesa, se ha detenido o imputado a casi 2.300 personas por delitos o infracciones relacionadas con el medio agrario. Otros datos significativos de la actividad de estos equipos es el constante descenso de los hechos delictivos registrados en el campo cordobés año a año. Así, como consecuencia del plan de respuesta contra las sustracciones en explotaciones agrícolas y ganaderas, se ha constatado un descenso de los hechos delictivos en el año 2017 del 12,70% respecto al año anterior. Esta tendencia también se mantiene en el año 2018, pues hasta ahora se ha registrado ya un nuevo descenso que se acerca al 21,50% respecto al mismo periodo del año 2017.

UN LUSTRO DE BAJADA / Según los datos de la Secretaría de Estado de Seguridad, en el año 2017 se registraron 769 hechos delictivos en el campo, cifra que se sitúa ya muy lejos de los 1.453 que se contabilizaron en el año 2012. Y en lo que se refiere a los robos de aceituna, en la campaña del 2017 se redujeron casi un 50% respecto al año anterior, explica Emilio Muñoz, comandante responsable de este ámbito en la Comandancia de Córdoba.

Los equipos Roca de Córdoba, desde su puesta en marcha, han formulado más de 1.900 denuncias relacionadas con los robos y hurtos en las explotaciones, pero además se han mantenido, como una de las actividades fundamentales de esta unidad, más de 1.000 reuniones y más de 4.700 entrevistas con los diferentes sectores agrícolas y ganaderos. Asimismo, y a modo de ejemplo, según datos facilitados recientemente por la Subdelegación del Gobierno, durante la campaña de aceituna de 2016/2017 los distintos equipos de la provincia llevaron a cabo un total de 7.400 patrullas de vigilancia y efectuaron más de 1.300 identificaciones de personas.

Desde la comandancia cordobesa se señala que los responsables de esta disminución de los hechos delictivos en el campo cordobés «son los cinco equipos Roca, que actúan repartidos por las cinco compañías territoriales que la Comandancia de la Guardia Civil tiene en la provincia». Cada uno de estos equipos está dotado de cuatro profesionales, lo que supone un despliegue de 20 guardias civiles para este menester, aunque cuando en momentos puntuales es necesaria su presencia, sobre todo para localizar o interceptar a los autores de algún hecho delictivo, se mantiene un estrecho contacto con otras unidades del instituto armado, como las de Seguridad Ciudadana, el Seprona, el Escuadrón de Caballería, servicio aéreo, Tráfico, además de otros profesionales como los guardas de campo.

El personal que integra los equipos Roca ha recibido una formación específica, «han sido seleccionados de las zonas donde cada equipo está actuando, lo que quiere decir que son conocedores del entorno donde ejercen sus funciones y están dedicados en exclusiva a la investigación de estos delitos y a servir de interlocutores permanentes con el sector agrícola y ganadero», informan desde la Comandancia.

En lo que se refiere a su trabajo específico, se explica que consiste en «mantener un contacto permanente con todas las personas que integran los colectivos agrícolas y ganaderos». También tienen encomendado «obtener información relacionada con este fenómeno delictivo y tratar de detectar a los delincuentes, investigar aquellas explotaciones agrícolas o ganaderas donde se haya producido el delito, así como explicar a estos colectivos cómo pueden mejorar su seguridad para evitar nuevos robos.