El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles emitirá por tercer año consecutivo la Tarjeta del Viticultor, un dispositivo electrónico que registra los datos esenciales sobre la cosecha y que persigue controlar el origen de la uva que se recolecte durante la próxima vendimia y, de este modo, certificar la calidad de los vinos que se obtengan en la campaña 2018/2019.

Desde la implantación de esta tarjeta, que permite cumplir con los requisitos establecidos en el procedimiento de certificación aplicable según la norma de calidad UNE-EN ISO/IEC 17.065:2012 y en el pliego de condiciones técnicas de la DOP Montilla-Moriles, los técnicos del consejo regulador del marco de calidad pueden comprobar tanto la procedencia del fruto como la cantidad de uva que ha sido entregada por cada uno de los viticultores que forman parte del marco vitivinícola cordobés.

Una medida que ha convertido a la zona Montilla-Moriles en un referente en el control de sus lagares y bodegas, despertando un gran interés en el resto de las denominaciones de origen vitivinícolas que forman parte de la Fundación para el Control de la Calidad de Andalucía: Málaga y Condado de Huelva.

A PARTIR DEL LUNES / El consejo regulador de Montilla Moriles entregará a partir del próximo lunes 2 de julio la Tarjeta del Viticultor a quienes la adquieran por primera vez -para lo que tan solo será necesario acudir a la sede del consejo con el DNI-, así como para quienes la hayan extraviado o necesiten un duplicado -en cuyo caso, deberán abonar cinco euros-.

Durante el primer año de implantación de este sistema de control e identificación de la cosecha, el consejo regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles expidió hasta 2.200 tarjetas, una por cada titular de viñedo, las cuales permitieron su identificación en 21 de los 33 lagares en los que se admiten uvas procedentes de más de un viticultor.