La noche del pasado sábado, sobre las 23.00 horas, una patrulla de la Guardia Civil de Montoro, detectó un vehículo que circulaba de forma anómala por la Autovía A-4. Al darle el alto en la localidad de Villa del Río, su conductor, de 46 años de edad, arrojó unas elevadas tasas de alcoholemia en las dos pruebas (0,88 y 0,85 mg/l), que suponen la comisión de un delito contra la Seguridad Vial, por lo que se le instruyeron las pertinentes diligencia y se procedió a la confección del acta de inmovilización del vehículo. Asimismo, se le informó de que no podía volver a conducir el vehículo hasta que se levantara la inmovilización realizada, según informa el cuerpo armado en un comunicado. El conductor se marchó a pie del lugar, ya que era vecino de Villa del Río y se encontraba muy próximo a dicha localidad.

No obstante, una hora después, encontrándose aún bajo los efectos del alcohol, quebrantó la inmovilización, siendo sorprendido en un control control de alcoholemia de la Guardia Civil del Subsector de Tráfico. Debido al poco tiempo transcurrido, volvió a dar positivo en las pruebas de alcoholemia (0,77 y 0,75 mg/l), tasas que suponen la comisión de un nuevo delito contra la Seguridad Vial, por lo que se procedió a la instrucción de diligencias.

Las diligencias instruidas al conductor del vehíuclo, por la comisión de sendos delitos contra la Seguridad Vial contemplados en el art. 379.2 del Código Penal, pueden conllevar pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta 4 años.