La Guardia Civil arrestó ayer al cazador que está siendo investigado por la muerte de un compañero al que disparó accidentalmente la noche del pasado martes durante una partida de caza no autorizada. El suceso, que ha conmocionado al pueblo de Obejo, de donde ambos eran vecinos, se produjo pasadas las diez de la noche en el paraje conocido como El Ronquillo, dentro del campo de maniobras de la base militar de Cerro Muriano. Según informaron fuentes del servicio de emergencias 112, fue el propio autor del tiro el que alertó de que había disparado por error con su rifle a su compañero. Inmediatamente se desplazaron una patrulla de la Guardia Civil y los servicios sanitarios, que solo pudieron certificar la muerte del hombre, de 65 años.

El instituto armado inició entonces una investigación para esclarecer los hechos, si bien todo parece apuntar a un desgraciado accidente y "se descarta cualquier tipo de intencionalidad", indicaron las fuentes consultadas, aunque habrá que determinar también si hubo o no imprudencia. No obstante, el autor del disparo, que hoy podría pasar a disposición judicial, fue arrestado "para tomarle declaración y que tenga todas las garantías legales yendo acompañado por un abogado", añadieron las mismas fuentes.

No fue un día fácil ayer en el pueblo, donde ambos son muy conocidos, a pesar de que la víctima no era natural de Obejo.

La alcaldesa de la localidad, María Dolores López, explicó que el fallecido era un militar retirado que, tras pasar muchos años en la base, fue trasladado fuera de Andalucía y tras jubilarse pasaba temporadas en el pueblo, donde era muy apreciado. "Era un hombre muy querido por todos los vecinos, por lo que esta noticia nos deja muy apenados, estamos consternados", afirmó Dolores López, quien informó también de la amistad que unía a las familias de los dos cazadores, cuyos hijos "han crecido juntos desde niños".

Este es el segundo accidente mortal de caza que se produce en la provincia de Córdoba en los últimos tres meses. Como el anterior, ocurrido el pasado 14 de junio en la finca conocida como Aljarilla, situada entre la barriada cordobesa de Villarrubia y el municipio de Almodóvar del Río, ambos cazadores participaban en una cacería que no estaba autorizada por encontrarse fuera de veda.