El de Casta Carrillo no es el único crimen que queda por resolver en Córdoba. La muerte de Soledad Donoso, en 1992, está aún sin aclarar, lo mismo que las de Luis Carrasco, Antonio Chacón y Eduardo Paniagua, a lo que se suma la desaparición de Angeles Zurera.

Luis Carrasco Priego, de 57 años, fue encontrado muerto el 24 de febrero del 2005 semidesnudo, con el rostro desfigurado y atado a la cama en su casa de Montilla.

Antonio Chacón Montilla, marmolista de Lucena de 85 años, falleció a mediados de marzo del 2009 en su domicilio. Su cadáver estaba sobre la cama y presentaba evidentes signos de violencia.

En julio del 2000 murió Eduardo Paniagua en Córdoba. Su cuerpo sin vida, que presentaba una puñalada y un golpe en la cabeza, fue encontrado en su cama tras declararse un incendio provocado en su casa para ocultar el crimen.

La ley establece la prescripción a los 20 años cuando la pena máxima señalada al delito sea de prisión de quince o más años, que sería este caso al tratarse de un asesinato u homicidio. Los expedientes por estos delitos no permanecen abiertos durante esos 20 años que contempla la ley, sino que se archivan mientras no se encuentren nuevas pruebas. Este proceso se detuvo en el caso de Soledad Donoso al aportar su familia una serie de argumentos probatorios poco antes de cumplirse el plazo, que llevaron a la imputación de un sospechoso, aunque luego se archivó.