La vista pública contra un hombre acusado de asesinato en grado de tentativa y de obstrucción a la justicia contra un vecino de Montoro por disparar a su abogado con una escopeta y munición de caza, juicio que se prolongaba desde el pasado jueves, quedó ayer visto para sentencia con la exposición de conclusiones por las partes.

En las mismas, y tras contemplarse las nuevas pruebas y testimonios de la vista del juicio, que lleva la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, la Fiscalía eleva ligeramente su petición de pena al considerar nuevas circunstancias (entre ellas, ver que ya no es una eximente el de la confesión en el segundo delito, el de obstrucción a la justicia), todo ello respecto a su calificación inicial en la que pedía 7 años y 4 meses de cárcel y orden de alejamiento del afectado durante 17 años por el asesinato frustrado y 11 meses de prisión y multa de 3.000 euros por el de obstrucción a la justicia. Al respecto, también la defensa del acusado, llevada por Fernando Alonso Espino y Ricardo Santamaría, han variado su petición de pena, que inicialmente era de absolución para el delito de obstrucción a la justicia y un año de internamiento por el disparo al considerarlo un delito de lesiones.

EN PRINCIPIO, «LESIONES» / Así, y aunque la defensa sigue pidiendo la absolución por ser solo un delito de lesiones agravado con pérdida de un miembro no principal (la víctima perdió la movilidad de un brazo), ahora acepta un año y un mes de prisión, aunque alternativamente, si se determina que se trata de homicidio en grado de tentativa, acepta 3 años y 6 meses de prisión.

Los últimos testimonios que se oyeron en la vista pública del juicio, en la jornada de ayer, fueron de carácter pericial, entre ellos los de dos médicos forenses, un psiquiatra y un facultativo que se centró en los daños que sufrió el abogado agredido.

Los hechos juzgados se remontan a la relación abogado-cliente que mantuvieron el presunto agresor y la víctima entre el 2007 y 2011, una relación que se truncó y fue enconándose llegando a supuestas amenazas que desembocaron en la mañana del 19 de abril del 2016, cuando según narraba la Fiscalía en sus conclusiones provisionales, el acusado se apostó dentro de su coche con una escopeta, esperando el paso del abogado camino de su despacho. Tras dispararle, el ahora juzgado se trasladó a Córdoba y se presentó en la Comisaría de la Policía para confesar su acción.