«De chico, me daba miedo. Yo iba con la linterna y nunca me he atrevido a meterme muy al fondo de la cueva del Fato, porque es muy profunda y tiene muchos agujeros». Así explicó ayer José Luis Rodríguez, aunque todos le conocen en Trassierra por Coco, sus excursiones y experiencia con la cueva del Fato y la poza, donde el pasado martes encontraron el cuerpo sin vida de un menor de 13 años que estaba en la zona de excursión con su instituto de Fuente Palmera.

Coco, un hombre que lleva viviendo en Trassierra 52 años y que -según él mismo reconoce- ha entrado en todas las cuevas y se las conoce todas, se ha bañado más de dos y tres veces en la poza de este paraje natural, pero también apuntó que «tiene sus riesgos, si no se conoce bien, porque tiene muchos pozos. Yo pienso que se ha caído en una poza y ya no ha podido salir», elucubró ayer Coco.

Los chavales, de segundo de la ESO, se encontraban en la zona para realizar actividades monotorizadas en la naturaleza y parece ser que entre ellas se encontraba una de espeología.

«Tienes que ir con alguien que conozca muy bien, pero que muy bien la cueva y el terreno. Siempre hay que ir acompañado y nunca quedarse solo, porque en la zona hay muchas pozas y agujeros», comentó ayer una vecina de Trassierra que no desea que su nombre aparezca en el periódico. Pero, la misma idea expresó Silvia Peña, otra vecina de Trassierra. «Te metes por las galerías de la cueva y te tiras por un tobogán para caer al fondo de la poza y tienes que volver a salir del fondo», relató Peña.

Desde luego, continuó Sagrario Romero, «en esa zona no van las familias a bañarse, ni de excursión. Abajo del puente del Arenales y junto al río Guadiato, sí. Yo he ido a pasear junto al río, pero es otro tipo de zona».

Como «abrupta y de difícil acceso» la describió ayer el profesor de Biología de Secundaria y experto en senderismo, José Aumente. Según sus palabras, este paraje no forma parte de las rutas normales de senderismo y tal vez si sea más propicio para actividades de espeología. «Es un sitio de difícil acceso, alejado de la pista de los Arenales, una zona calcárea y no hay sendero para saber dónde está la cueva o la poza», explicó Aumente.

Según los vecinos, en el río sí se han ahogado personas, pero en la poza, nunca, comentaron ayer consternados.