Tres semanas de lluvia, el viento, episodios de granizo y la crecida del río Genil, se cumplieron los pronósticos y el agua entraba en las primeras huertas a su paso, Pedro Díaz y La Graja, pasada las siete de la tarde de ayer domingo. Los vecinos de estos pagos han señalado que ha entrado con mucha fuerza. De hecho, Carrascalejo y Pedro Díaz se quedaron sin suministro eléctrico. Carrascalejo ha recuperado la electricidad a media mañana, pero no ha sido así en Pedro Díaz, donde señalan que "hay que esperar que baje el río para entrar y restablecer el suministro, ya que el enganche está en Saetilla, entre Pedro Díaz y La Graja".

El pico de la crecida entró en Palma -las huertas se encuentran a 7 kilómetros del casco urbano- pasada la una de la madrugada por La Alegría, colándose por La Chirritana, al final del Callejón del Junco, donde hay dos viviendas de primera residencia, y también por la trasera del Río Seco, camino del Molinillo, Gloria y Gálvez, donde ya se ve cómo el río se va retirando a su cauce "aunque poco a poco" y se queda agua estancada que "tendremos que sacar con motores".

En Pedro Díaz, propiedades de labor y de segunda residencia, ha afectado a unas 15 viviendas. Los vecinos ya se preparan ayer para retirar agua y el lodo que ha dejado la crecida. El Ayuntamiento también ha preparado un operativo de limpieza contando con servicios de la Diputación y vehículos y operarios municipales, aunque en muchos puntos, río abajo, no se puede actuar aún al irse retirando el cauce del Genil de forma lenta.

El Ayuntamiento palmeño activó ayer domingo, a primera hora de la mañana, el Plan de Emergencia nivel 1 con la participación del Servicio Local de Protección Civil y Policía Local y con la ayuda de la Guardia Civil. Hoy ha quedado desactivado.

Por otra parte, el temporal ha dejado pérdidas considerables en el sector citrícola. El agricultor Francisco González, presidente de la Comunidad de Regantes de la Margen Derecha del Genil y secretario de la Cooperativa Agrícola de Regantes, relata que durante tres semanas "no se ha podido entrar en las huertas a recolectar naranja por la lluvia". Además, el viento ha tirado bastante producción y ahora con la crecida del río tampoco se puede entrar a cortar naranjas. En este escenario, y poniendo como ejemplo, su huerta de cítricos, indica que hoy mismo la ha peritado el seguro y que "tengo una pérdida de un 40% de la producción, y como mi caso hay muchos".

Al mismo tiempo, señala que "hay que valorar la realidad de perder un poco de la producción citrícola de esta campaña y poder regar la próxima campaña, contar con una producción y trabajo para la próxima campaña". Por otro lado, anuncia que "habrá que fumigar para evitar que no le entre el vivo, el sol, altas temperatura y humedad que provoca esta enfermedad". Sobre otros cultivos, señala que "se pararán las matas de sandias y melones y sufrirán un retraso", y en cuanto a las cebollas, el riesgo es que el cultivo puede ser atacado por un hongo. Estas producciones son de la zona regable de la comunidad de regantes de la margen derecha del Genil, una comunidad con 485 comuneros y 2.300 hectáreas de extensión, con el 60% de superficie citrícola aunque también hay olivar, almendro y cultivos anuales, como maíz, girasol y algodón.

En los pagos de huertas de Pedro Díaz y La Graja, todos de superficie citrícola, el agua ha arrastrado la naranja que había caído al suelo por los fuertes vientos. Pero también ha sido arrastrado el sistema de riego por la riada.