Fuente Carreteros no pudo vivir ayer su habitual Danza de Los Locos y el Baile del Oso. Las restricciones por la pandemia del coronavirus obligaron a su suspensión y a cortar una etapa de 38 años seguidos desde que se recuperara en 1982. No obstante, el grupo de Los Locos quiso conmemorar la jornada con un sencillo homenaje póstumo a una de sus vecinas más queridas, Antoñita Soto, que falleció el pasado 3 de mayo a los 97 años. Antoñita Sofo fue una de las principales impulsoras de la recuperación de la danza, la cual vivió y sintió desde pequeña porque su abuelo y su padre habían pertenecido a Los Locos. Luego participarían su marido y tres de sus hijos: Raimundo, con la guitarra y Eugenio y Rafael, de escopeteros.

Durante estas casi cuatro últimas décadas, colaboró en el ritual de vestir a los integrantes de la locada cada 28 de diciembre. En los últimos años, al no poder desplazarse debido a su delicada salud, se le brindaba un baile en la misma puerta de su casa. Precisamente, en esta edición de 2020 se tenía previsto romper con la tradición de inaugurar la danza delante de la iglesia en honor a la patrona, la Virgen de Guadalupe, y que el primer baile se le dedicara a ella. Hay que destacar igualmente que Antonia Soto Carrasco recibió en 2017 el galardón al compromiso y puesta en valor de los valores patrimoniales y culturales de la Diputación de Córdoba. Al fallecer en mayo, en pleno confinamiento, no se pudo realizar ningún tipo de acto, por lo que ahora Los Locos, junto a algunos familiares de Antoñita Soto, rindieron un humilde reconocimiento depositando un ramo de flores en el cementerio. Paralelamente, a las 12, sonó en la plaza del pueblo la música de la danza.