Con ganas de abrirse camino en el mundo de la hostelería, el perabeño Manuel Garrido Pedregosa emigró a Barcelona hace más de dos décadas, conjugando su trabajo en una heladería con la participación en obras de teatro y monólogos. Tras salir de Pedro AbadPedro Abad, su primera escala fue en Córdoba, donde trabajó en el mesón El Emir, en el que trabajaban unos primos suyos.

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Posteriormente decidió emigrar a Barcelona, trabajando en primer lugar en un restaurante gallego. Su vena artística ya la desarrollaba desde muy pequeño “haciendo el cateto” en el colegio, y le encantaba hacer reír a sus compañeros, así como representar, hablar y hablar... A sus manos llegó uno de los primeros ejemplares de Rimas y Leyendas del romántico escritor sevillano Gustavo Adolfo Bécquer. Fue a través de una clienta, que vio que mientras trabajaba recitaba poesías y le ofreció a Manuel este ejemplar de sus antepasados. Esta edición le ha acompañado durante todo este tiempo.

Cuando quedó casi en el olvido, en pleno confinamiento, Manuel Garrido lo volvió a encontrar haciendo limpieza en su casa y comenzó a pasar página en su vida, como la de este viejo ejemplar, una joya de la literatura que guarda como reliquia. Su valor sentimental es incalculable, como lo es para cualquier coleccionista, ya que ha pasado de unas manos a otras, cambiando solo el color de sus hojas pero manteniendo la esencia del escritor romántico.

Este libro se editó en Rivadeneyra, situada en el Paseo de San Vicente, 28. Hay que destacar que durante el siglo XIX, el sector editorial protagonizó un notable avance en la producción, comercialización, contenido y difusión. Gran parte de este avance se debe a toda una serie de grandes impresores que modernizaron y mejoraron la oferta editorial. Uno de ellos fue Manuel Rivadeneyra, fundador en 1837 de una gran empresa editorial, sobre unos terrenos cedidos por la Casa Real en el Paseo de San Vicente. Rivadeneyra editó obras tan destacadas como la Biblioteca de Autores Españoles. Tras la muerte de su propietario, su viuda vendió el establecimiento a Abelardo de Carlos, pasándose a denominar Sucesores de Rivadeneyra. En la actualidad en esta imprenta se editan el diario deportivo AS y la revista Semana.

Esta edición ha formado parte de la vida de Manuel en Barcelona, desde donde siempre ha añorado a sus amigos y familiares en la distancia. Actualmente trabaja en un restaurante gallego, aunque ahora está en Erte. Durante el confinamiento tiene más tiempo de dedicarle a sus familiares y amigos y añora aquellos años de trabajo y diversión entre su gente, a la que recuerda cada día. De hecho, cada mañana conversa con madre y le motiva a seguir adelante.

La soledad en la distancia a su tierra le ha enseñado a quererse más a sí mismo, siendo las leyendas y rimas de Bécquer uno de sus puntales para seguir enamorado de la vida. Aunque acude a su pueblo en momentos puntuales, el trabajo le envuelve y a través de sus representaciones y monólogos se distrae.