Se dice que la batalla de Munda fue ganada por Julio César a los hijos de Pompeyo por el enfangamiento en la zona provocado por las lluvias, las tácticas de sus tropas para aprovecharse del terreno debido al mal tiempo y el abandono de la colina desde donde dominaba Pompeyo la batalla, que fue un error fatal. Dos mil años después el temporal de agua, quizás con la misma intensidad, marcó la celebración «en los idus de marzo» junto al monolito erigido en el término de Castro y teniendo como fondo Espejo, la antigua Ucubbi, cuna de los antepasados de Marco Aurelio, como vino a recordar el cronista de Espejo, Miguel Ventura, que hizo de conductor del acto celebrado ayer bajo la lluvia.

El desfile de la Centuria romana de Espejo y la ofrenda floral ante el monolito fueron los dos momentos más simbólicos de esta conmemoración, en un espacio ganado a la carretera de Espejo que une a este pueblo con Nueva Carteya.

La presencia institucional del Subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado; de miembros de las corporaciones locales de Espejo, Nueva Carteya, Montemayor y Castro del Río; de la diputada de Turismo, Carmen María Gómez, y el director de Diario CÓRDOBA, Francisco Luis Córdoba, que en palabras del escritor y periodista Julio Merino «no ha parado de apoyar el proyecto» desde el día que lo expuso, vino a refrendar el apoyo a aquella iniciativa de Merino, que tuvo el sueño de que «algún día las autoridades de Córdoba se darían cuenta de la mina de oro turística que tenían a su alcance en los Llanos de Vanda», lugar donde se celebró hace más de 2.000 años, concretamente el 45 a.C., la batalla de Munda, en la que Julio César venció a los hijos de Pompeyo el Grande y abrió las puertas al Imperio Romano. Una batalla que, como vino a decir el propio César, «a diferencia de otras batallas donde luchó por la gloria en ésta luchó por su propia vida».