La noticia de la denuncia de las dos muchachas por abusos sexuales, en un primer momento, y por la tarde la información de que uno de los implicados había sido enviado a prisión comunicada sin fianza corrió ayer como la pólvora en Córdoba en las redes sociales, particularmente en la localidad de Fernán Núñez.

Pese a todo, por la tarde, en las inmediaciones del parque Llano de la Fuente, lugar donde arrancaron los hechos que terminaron denunciados ante la Guardia Civil, se oía pasar a un grupo de mujeres que hablaban del tema y bajaban la voz al pasar junto a los desconocidos periodistas que tomaban fotos del lugar. Preguntadas por los hechos, una señora decía no saber nada, otra apretaba el paso para marcharse y una tercera se hacía de nuevas. Estaba claro que no iban a hablar.

Tampoco el padre de una de las supuestas víctimas, con el que consiguió contactar Diario CÓRDOBA. Tan amable como abatido, el hombre no quería hablar del suceso no por lo tremendamente doloroso que ya es de por sí, sino porque «todo lo que te diga, todo lo que salga, incluso mis iniciales o el más pequeño detalle, van a quedarse ahí, y servirán para que la señalen, para hacérselo recordar a mi hija», explicaba ayer el padre, intentando no comenzar a llorar, sobre ese otro drama que supone la segunda victimización de una mujer agredida.

Una adolescente, de aproximadamente la misma edad de las dos menores denunciantes, pasaba ayer por la calle Llano de la Fuente. Iba hablando por teléfono y no dio la más mínima oportunidad a que se le preguntara. Corriendo cambió de acera cayéndosele el bolso por los nervios, que recogió a toda prisa con el rostro contraído.

También sin abrir la boca, su actitud de auténtico miedo ya lo decía todo ayer