Los comerciantes de Lucena, un sector muy activo y de gran peso en la ciudad, se muestran de acuerdo con las nuevas medidas restrictivas adoptadas por el Ayuntamiento lucentino para parar la evolución exponencial de los contagios pero, sin embargo, están «dolidos» con la imagen que se está dando de la ciudad. Antonio Rabasco, presidente del centro comercial abierto de Lucena, insistió en declaraciones a este periódico desde el local que tiene la asociación en el centro de Lucena, que «parece que la ciudad está confinada y no es segura y desde el centro comercial abierto invito a comer al que quiera comprobar que Lucena es segura». Rabasco señaló que «los comercios cumplimos de forma exagerada todas las normas, un comerciante, por encima de su propio interés, pone la salud de sus clientes».

De hecho, la actividad comercial de la localidad sigue su ritmo, a pesar del cierto miedo de los clientes, sobre todo de los que vienen de fuera, ya que a ella acuden de todos los pueblos de alrededor. Rabasco confiesa que ahora «nuestro miedo está en la Navidad, por lo que este es el momento de tomar las medidas que sean necesarias», pero entiende que «la imagen que se está dando de Lucena no responde a la realidad».

La situación del comercio, como en toda España, que empezaba a recuperarse de una crisis, se ha topado con otra más cruda, la del coronavirus. En el casco histórico, de unos 800-900 comercios y empresas de servicios, desde que empezó la crisis sanitaria han podido cerrar entre un 20% y un 30%. «En mi sector, las agencias de viajes, la que no ha cerrado está próxima a cerrar, y todo va a depender de la imagen que demos», señala Rabasco.

El presidente del centro comercial abierto entiende que para el aumento de contagios por covid han podido influir distintas casuísticas, entre ellas las reuniones familiares, muchas visitas de fuera, al ser cabecera de comarca, y que muchos lucentinos tienen segunda vivienda en el campo o en la costa. «Es una ciudad que atrae mucha población de pueblos de alrededor», dice Rabasco.

José Manuel Vergara, propietario de un negocio en el mercado, destacaba, en un reportaje de este periódico, la caída de las ventas en septiembre. «Este mes es frío normalmente, pero este año está siendo mucho peor». Los comerciantes señalan que los hábitos de muchos clientes han cambiado. «Los mayores salen lo menos posible y cada vez hay más encargos por teléfono», comentan, «hay puestos cerrados y menos ambiente».

Nueva campaña

A pesar del esfuerzo de los comerciantes, que «limpian su negocio todos los días para que luego vengan dos personas a comprar», desde el CCA se quieren implementar más medidas, para que «se visualice más» que somos empresas seguras». Así, Rabasco explica que han contratado una empresa que la próxima semana irá certificando, comercio a comercio, que son seguros, y se les pondrá una pegatina. Además, van a aplicar en los establecimientos un nuevo producto, con eficacia para diez días.