Córdoba es la provincia más segura de Andalucía. Eso es, al menos, lo que se desprende del último informe de la Unespa, la Asociación Empresarial del Seguro, un colectivo que representa a más de 200 entidades aseguradoras y reaseguradoras de todo el país y que concentra cerca del 96 por ciento del volumen de negocio asegurador en España.

De este modo, la provincia cordobesa cuenta con cinco municipios en una lista de diez que abre Huétor Tájar, en el Poniente granadino, donde las posibilidades de que sus vecinos sufran un robo es casi un 75 por ciento inferior que en el resto de España.

Tras la localidad gaditana de Villamartín, que ocupa la segunda posición del ránking según la Unespa, aparece el primer municipio cordobés, Fuente Palmera, donde la probabilidad de registrarse un robo con respecto a la media nacional es de tan solo el 31 por ciento.

El siguiente municipio más seguro de Andalucía es Puente Genil (-53,79%), seguido de Aguilar de la Frontera (-51,28%), Albox, en Almería (-50,01%) y Pozoblanco (-49,60%). Asimismo, la octava localidad andaluza con menos probabilidad de sufrir un robo es Úbeda (-49,59%), seguida de Montilla (-45,61%). Cierra el top ten de municipios andaluces más seguros el pueblo sevillano de Los Palacios y Villafranca, con un porcentaje del -44,16%.

«Los porcentajes negativos denotan una baja probabilidad de robo, menor que la del conjunto del país», aclaran los responsables del estudio, quienes hacen hincapié en que las compañías de seguros cuentan con «importantes conocimientos sobre los riesgos», dado que los aseguradores «no solo conocen los percances que se producen -cuando menos en personas y bienes asegurados-, sino que también saben cuántas personas o bienes tienen asegurados».

Los autores del informe, que se basa en los partes recabados durante el año 2016, resaltan que el estudio de la probabilidad «enseña que los robos no son igual de probables en todo el territorio y, ni siquiera, en todo el tiempo», dado que la delincuencia «es un hecho dinámico» y cambiante.

«Un elemento muy importante de la actividad aseguradora es revisar la experiencia pasada de los percances ya registrados, para así poder sacar conclusiones sobre la probabilidad de que puedan volver a producirse», concluyen.