La importancia y la recuperación del patrimonio arquitectónico industrial egabrense, en este caso de la chimenea de lo que fue en su día el complejo oleícola de Pallarés Hermanos, es la propuesta que harán al Ayuntamiento de Cabra la historiadora Lourdes Pérez y el arquitecto Javier Muñoz.

Se trata de una iniciativa que trasladarán al consistorio tras la presentación, a modo de comunicación, que harán este próximo jueves 18 de octubre en el undécimo Congreso Internacional de Molinología, que tiene lugar en Palma de Mallorca, organizado por su Consejo Insular en colaboración con la Asociación para la Conservación y el Estudio de los Molinos (ACEM), con el lema Memoria, arquitectura, técnica y futuro. Esta es una cita que desde hace dos décadas se ha convertido en el referente estatal en el estudio de los molinos y de los ingenios tradicionales.

La propuesta de recuperación, que no solo afectaría a esta chimenea, la única que sobrevive de las tres que existieron, sino también a otros inmuebles de lo que fue este complejo industrial, contempla la vía municipal y autonómica por la complejidad del planeamiento urbanístico egabrense. La chimenea es de ladrillo visto de una altura aproximada de veinte metros, y que en su momento llegó a estar coronada, está compuesta por pedestal y fuste, y tuvo un uso fabril.

El complejo oleícola fue fruto de una arquitectura industrial basada en lo funcional y utilitario para, una vez finiquitada la actividad, ser olvidada, lo que provocó su desaparición y unos nuevos usos. Este complejo desapareció en 1976, tras una larga historia de vital importancia económica para la ciudad, desde que a finales del siglo XIX llegara desde Reus (Tarragona) el empresario Fernando Pallarés Besora, atraído por el futuro que se abría a la comercialización del aceite por contarse con una incipiente línea férrea.