Tras conocerse a través del Boletín Oficial del Estado la resolución de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente en la que no da el visto bueno al proyecto de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para mejorar el entorno del pantano de Cordobilla para su explotación agrícola y energética por su impacto medioambiental, el alcalde de Puente Genil, Esteban Morales, ha manifestado que comprende la decisión y comparte una idea similar y lógica a la que expresa el informe aunque como conclusión, asegura, entiende que existe la demanda de un cambio de procedimiento a través de un nuevo estudio más exhaustivo que profundice en cuestiones orientadas a la protección de la flora y la fauna, así como al estado y calidad del agua.

Morales comparte la necesidad de llevar a cabo el proyecto sin que ello suponga un daño a la biodiversidad del entorno de una zona declarada espacio protegido. Por ello, el regidor ha explicado a este periódico que el Ministerio del Medio Ambiente solicitó a la CHG un estudio medioambiental «simplificado» para analizar la viabilidad y ejecución del proyecto. Dicho informe apunta que el diseño del proyecto está orientado a la necesidad de garantizar los usos hidroeléctrico y de regadío sin incluir objetivos y labores que permitan asegurar el mantenimiento de diferentes tipos de hábitats adecuado para las diferentes especies que habitan en el embalse de Cordobilla. La colmatación que sufre este pantano desde hace años ha generado la aparición de un nicho ecológico con varias aves que están protegidas, por lo que esta protección ecológica ha impedido, de momento, el inicio de un proyecto cuya inversión se calculaba en 4 millones de euros.

La última vez que se habló del asunto fue en julio del año pasado en una visita de los técnicos de la CHG al pantano para anunciar el proyecto. Allí, uno de los representantes de la misma, Joaquín del Campo, ya advertía que la declaración de impacto medioambiental sería determinante para el avance del proyecto.

La CHG pretende redirigir el caudal del río Genil por la margen derecha del embalse a través de un canal excavado en el sedimento. Los técnicos esperan que ese nuevo cauce se estabilice en el tiempo para mantener los usos del embalse, disminuyendo los costes de explotación y mantenimiento de los grupos de bombeo que ahora necesita, además de recuperar su potencial agrícola y energético.