La finca La Romana, ubicada en el término municipal de Pozoblanco, acoge una novedosa granja dedicada a la cría de cerdo ibérico, de la raza torbiscal, en una clara apuesta por la conservación de una variedad de cerdo ibérico puro en peligro de extinción. Su propietario, Rafael Muñoz, un joven empresario explicaba ayer que se trata de una explotación que fomenta el control eficiente de los animales, su bienestar así como la mejora y la obtención de carnes saludables de primer nivel, ya que se trata de evitar el uso de antibióticos en los animales. Para evitar que los visitantes puedan transmitir cualquier tipo de enfermedad, éstos deben utilizar calzas y monos blancos esterilizados en plena naturaleza. Así lo hicieron ayer el delegado de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Francisco Zurera y al presidente del Grupo de Desarrollo Rural Los Pedroches, Juan Díaz, quienes visitaron la granja. Zurera puso de manifiesto el «ejemplo de profesionalidad del empresario y su filosofía, que es referente de lo que tiene que ser la ganadería del siglo XXI, moderna, adaptada a las nuevas necesidades del sector, basada en la investigación y las tecnologías para dar un salto de calidad». Para Díaz, estos proyectos asientan a la población a territorio.

La explotación cuenta con «una novedosa sala de lactación compartida, que es ejemplo de manejo e infraestructura a nivel europeo y las condiciones climáticas de los animales son ideales». Los lechones nacidos en esta explotación, cuando reúnen las condiciones adecuadas se trasladan a la dehesa para ser engordados con bellotas y recursos naturales, y están certificados por la D.O de los Pedroches. La carne procedente de los animales nacidos en la granja se comercializa con la marca http://www.mio1898.com y «ya existen seis chef con estrella Michelín que, atraídos por el proyecto, están trabajando estas carnes que destacan por su sabor y calidad».