Las residencias de la provincia viven con preocupación la escalada de casos. Aunque de momento lo que comienza a convertirse en la segunda ola del covid-19 las está dejando respirar, todas están siguiendo «a rajatabla» los planes de contingencia aprobados por la Junta para prevenir brotes. Es el caso de la residencia Juan Crisóstomo Mangas de Rute, la más afectada entre los meses de marzo y abril. Esa experiencia, según indica la subdirectora, Victoria Ariza, les hizo elaborar un estricto protocolo «de más de 300 folios» que están siguiendo y que pasa por restringir al máximo salidas y visitas.

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Los tres centros de Cabra y el ocupacional de Promi tienen unos 150 usuarios y un centenar de trabajadores, entre los que no se han registrado casos positivos. El gerente de la Fundación Promi, Plácido J. Carrasco, explica que para paliar las consecuencias de las duras restricciones se ha puesto en marcha un plan de humanización con actividades para reforzar las relaciones sociales entre los usuarios y con los trabajadores y familiares.

Las cuatro residencias de Lucena han acordado las medidas a adoptar. «Seguramente esta misma semana volvamos a prohibir las visitas de familiares», señala Estrella Aguilera, presidenta de la asociación El Sauce, cuyo centro se mantiene libre de covid. Por su parte, la residencia de Amara, que en la primera ola registró 25 casos, ha «extremado» las precauciones, afirma su director, Francisco Bergillos.

En Los Pedroches hubo fallecimientos en las residencias de Belalcázar y Torrecampo y en varios centros los trabajadores llegaron a confinarse de forma voluntaria con los mayores ante el miedo a que el virus les llegara, una medida que funcionó. Por ello, han sido de los primeros en limitar al máximo salidas y visitas. Además, el área sanitaria Norte comenzó el pasado fin de semana a realizar PCR a los trabajadores que vuelven de sus vacaciones, así como a los de nueva incorporación, como ya se está haciendo en otros puntos. En Pedroche, desde el centro de mayores han decidido sumarse a la labor de concienciación y han colocado una pancarta en la que rechazan fiestas y botellones.

En Fuente Palmera, la residencia de Santa Magdalena y la de discapacitados Santa Ana, que no contabilizan ningún positivo, destacan la realización de un plan de sectorización con nuevos espacios de aislamiento en caso de brote, así como el control de aforo en las dependencias, siguiendo el plan aprobado por Salud.

En Priego la situación de las tres residencias es de normalidad y los directivos de los centros se mantienen en contacto con sus colegas del resto de pueblos de la zona. Fruto de estos contactos es la creación de una bolsa de trabajo conjunta para todas las residencias de la comarca para garantizar las contrataciones para cubrir posibles bajas por cuarentena.

Como medida de prevención las dos residencias de Palma permanecen cerradas a las visitas. Desde la residencia San Sebastián y desde Vitalia sus direcciones señalan que ha sido una decisión adoptada desde la responsabilidad y la prudencia y comunicada a las familias. En ninguno de los dos centros se aventuran a dar fecha para abrir de nuevo y en ambos señalan que el personal, al volver de vacaciones, es sometido a test PCR.

En la residencia de Los Ángeles, de Fuente Obejuna, por precaución se restringieron las visitas, que ahora se han reanudado y hasta ahora no ha habido casos. La residencia Virgen del Rosario de Peñarroya permite visitas de nuevo desde el día 4.

En la residencia DomusVi Remedios, de Aguilar de la Frontera, donde no hay positivos, se toman numerosas precauciones y se ha recomendado a las familias que no visiten a sus familiares por los brotes cercanos. En cuanto a las salidas, deben ser para cuestiones «urgentes». La residencia San Juan de Dios de Bujalance aplica el plan de contingencia. Allí la situación es de alerta pero de normalidad, ya que no ha habido casos.