FICHA

Se trata de un castillo-palacio construido en el siglo IX y que fue convertido en palacio por los condes de Cabra.

La visita

Inscrito como Bien de Interés Cultural (BIC) en la tipología de Paraje Pintoresco desde el año 1991.

Horario

Forma parte del Colegio de las Escolapias de Cabra.

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El antiguo castillo palacio de los condes de Cabra es uno de los ejemplos de antigua fortaleza fronteriza entre reinos musulmanes y cristianos, habitada y conquistada por unos y otros y centro de poder para todos.

Las primeras noticias que se tienen de ella datan del siglo IX, según el conservador y restaurador Salvador Guzmán Moral, uno de los autores de la Guía Histórica de Cabra, publicada en 1999.

Guzmán señala que el castillo «se situaba dentro de un recinto amurallado asentado en la cresta de una colina» a una altura de 448 metros desde la que se dominaba los caminos que se dirigían a Doña Mencía y Baena, a Monturque y Aguilar, a Priego de Córdoba y a Lucena. Un lugar estratégicamente privilegiado.

Entre 1240 y 1241 entraron en Cabra las tropas de Fernando III, apodado El Santo por reducir los territorios musulmanes y conquistar para la corona de Castilla territorios tan importantes como Córdoba, Sevilla o Jaén. Una vez lograda esta plaza, la cedió a su hermanastro, Rodrigo Alfonso de León. Años más tarde la villa sería cedida a la Orden de Calatrava, donde permanecería hasta 1331.

Señala Guzmán que en 1328 el rey Alfonso XI «mandó labrar de nuevo el castillo y sus fortificaciones». Pero tres años más tarde sería arrasado.

El historiador Sebastián Miñano y Bedoya hacía una referencia a este asalto en su Diccionario geográfico-estadístico de España y Portugal, publicado en 1826: «y en el año de 1331, habiendo cercado Muely Mohamed, rey de Granada a Castro del Río, y no pudiendo tomarlo, fue con toda su hueste al castillo de Cabra, cuyo alcaide Pero Díaz de Aguayo, freire aquella orden, le había enviado a decir que se lo entregaría; los habitantes de Cabra nada sabían de esto y luego que llegó el rey mandó batir el pueblo y entró en él; Pero Díaz le entregó el castillo y se fue con los moros. El rey mandó derribarle, sin dejar en pie más que media torre; y también mandó derribar grandes portillos que había en la cerca del pueblo, y tomó todos los cristianos que allí halló, varones, y hembras y los envió cautivos a Granada. Después el rey don Enrique IV la dio (la villa) a D. Diego Fernández de Córdoba, señor del estado de Baena con título de conde y ha estado incorporada en dicho estado hasta el día». A partir de entonces se convertiría en el palacio de los condes de Cabra.

En el año 1331, el alcalde de Cabra traicionó a la localidad, lo que permitió que fuera invadida por las tropas del rey de Granada. FRANCISCO GONZÁLEZ

Lo que ha llegado hasta hoy del castillo está integrado en el Colegio de las Madres Escolapias, fundado en 1899 sobre las ruinas de lo que fue un palacio, según la historiadora Lourdes Pérez Moral.

Las religiosas realizaron diversas obras de adaptación a centro educativo, que incluyó «la demolición de parte del perímetro amurallado, salvo el descubierto en 2016».

En el edificio destaca la torre del Homenaje, de planta rectangular y con más de 20 metros de altura, y en su interior sobresale el llamado Salón Ochavado, que es de inspiración neomudéjar. Y junto a ellos sobrevive otra torre, la del Noroeste, de unos 10 metros.

RECOMENDACIONES

BARRIO DE LA VILLA

El antiguo castillo Palacio de los Condes de Cabra, se encuentra en el Barrio de la Villa de esta localidad, su zona urbana construida en época medieval. En este barrio se conserva una réplica de la Tizona, la mítica espada de Rodrigo Díaz de Vivar, quien venció una batalla en estas tierras y en donde hoy una leyenda recuerda que gracias a sus hazañas se le conocería como en Cid Campeador.

RUTA DE LOS AMONITES

En el Geoparque de las Sierras Subbéticas, ejemplo de paisaje kárstico, con roca caliza y numerosas simas y cuevas, discurre la ruta de los amonites, un recorrido para disfrutar de los restos fósiles de los animales que hace doscientos millones de años poblaban el Mar de Tetis. Hoy estos y restos marinos han aflorado a la superficie y se diseminan por este entorno.

LA HUELLA ROMANA

Cabra cuenta con un Museo Arqueológico Municipal que da buena muestra del pasado de la ciudad. Entre sus piezas destaca el ‘Niño con liebre’, hallada en el yacimiento arqueológico Villa de Mitra, una antigua villa romana en la que se encontró una de las esculturas más importante de España de esta diosa. La original se custodia en el Museo Arqueológico de Córdoba.