FICHA

Castillo con elementos de muy distintas épocas y cuya última configuración data del siglo XIV. Alberga la ermita de la Virgen del Castillo y es visitable el patio de armas. Un proyecto pondrá en valor en breve la práctica totalidad del conjunto.

La visita

La ermita puede visitarse de 9 a 21 horas, así como el patio de armas, parte de la muralla y el aljibe romano-andalusí exterior.

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El objetivo de este Documentos CÓRDOBA no es ofrecer un compendio de fríos datos, sino despertar la curiosidad y la imaginación del lector y del viajero. Por eso, y en tan poco espacio, disculpen si no se narra entera y como se merece la leyenda de don Nuño Tello, ese relato en el que no falta nada: ni lucha entre reyes (Alfonso X y Sancho IV), asedios, gestas guerreras, amores imposibles (como el de Álvaro Lara y la hija de don Nuño) ni gestos de grandeza, como el final de don Nuño al quitarse la vida para que su cuerpo compareciera obediente ante el nuevo rey, pero también sin traicionar a su espíritu y honor. Léanlo cuando puedan… no lo duden.

El caso es que más que Castillo de la traición, como también se le conoce, quizá la mayor traición a la historia sea llamarlo así. Y es que el espíritu de sus ocupantes (vencieran o no) siempre fue ejemplo de lealtad a sus causas. Incluso su propia ubicación, estratégica para el control de las rutas de la Subbética, no miente a nadie. Así, los romanos aprovecharon el poblado ibérico de Ipolcobulca que después, con los musulmanes, fue testigo de luchas de los omeyas contra los rebeldes de Omar ben Hafsún. La fortaleza sería arrasada, pero se reconstruyó tres siglos después de manos de la orden de Calatrava para, de nuevo, servir de escenario de asedios en luchas entre castellanos y nazaríes (fue conquistado por Muhammad IV de Granada en 1333), castellanos entre sí y nazaríes entre ellos… Total, que el castillo no paraba. Hasta que Alfonso XI, en el siglo XIV, reformó la fortaleza convirtiéndola en un castillo-palacio muy al estilo de ese periodo, con otros grandes ejemplos en Córdoba como el castillo de Iznájar.

La actual puerta al final de la calle Virgen es una incorporación moderna que, sin embargo, deja vislumbrar el encanto que alberga el conjunto. FRANCISCO GONZÁLEZ

De sus primeros siglos queda un aljibe exterior visitable de origen romano y readaptado en época andalusí, mientras que de la fortaleza del siglo XIV se conserva parte de sus dos torres cuadradas y tres circulares y sus murallas de sillarejo (piedras talladas a maza muy irregulares con argamasa para unirlas), con un enorme patio de armas (visitable) donde se encuentra la estructura de la que fue torre del homenaje. En esta parte se localiza la ermita de la Virgen del Castillo (siglo XVIII), que alberga a la patrona de la localidad. Y algo muy importante: si las obras licitadas se desarrollan en el plazo previsto, en diciembre o enero por fin podrá ser visitable la práctica totalidad del castillo. Sólo por ese auténtico lujo para todos los vecinos de Carcabuey y sus visitantes… el sacrificio y el pundonor de don Nuño Tello, defendiendo el castillo, ya habría valido la pena.

RECOMENDACIONES

CON EL DULCE SABOR DE UN ‘CHARCO’

Tras la visita al castillo, el viajero puede deleitarse con la gastronomía de la localidad, con numerosos platos del buen comer cordobés a los que se les da un aire singular. Pero antes (o durante) no deje de probar un ‘charco’. Se trata de una bebida de vino dulce con un toque de canela y algo de melocotón para todos los gustos. Y hay que disfrutar también de su aceite de oliva virgen extra, muy reconocido.

350 PLAZAS PARA HACER NOCHE

La crisis sanitaria ha disparado la ocupación hotelera en entornos rurales en España. También en Carcabuey pese a sus 350 plazas registradas, muchas de ellas con piscina en las instalaciones que son un atractivo añadido. Sin embargo, no es imposible encontrar aún alojamiento en este municipio, uno de los de mayor capacidad en turismo rural de Andalucía en relación a su población.

SENDERISMO Y MANANTIALES

Castillo aparte, no le faltan a Carcabuey atractivos históricos como su iglesia de La Asunción, aunque recientes esfuerzos han configurado una oferta de turismo natural, deportivo e histórico excepcional gracias a tres rutas senderistas circulares sobre las fuentes y manantiales en torno a la población y otras no menos atractivas, también con salida y llegada en la localidad, en el parque natural.