La conmemoración del 75 aniversario del fallecimiento de José Santiago Garnelo y Alda (1866-1944), considerado como el pintor más culto de su época, además de gran pedagogo e investigador, ha animado al Ayuntamiento de Montilla a recuperar uno de los enclaves vinculados al artista más desconocidos para el gran público: la capilla-oratorio del antiguo asilo de Los Dolores, una pequeña joya arquitectónica situada en el acceso principal a la Casa de las Aguas y que conserva los primeros frescos que pintó José Santiago Garnelo y Alda, junto a su hermana Eloísa, en 1886.

La estancia, que fue promovida en el siglo XIX por Dolores Moreno, esposa de José María Sánchez Molero, ingeniero militar, arqueólogo, historiador e iniciador del Servicio de Abastecimiento de Aguas de Montilla en 1871, lleva varias décadas cerrada al público por el estado que presenta su cubierta.

Por todo ello, el Ayuntamiento de Montilla solicitó el apoyo de la Diputación de Córdoba a través del Programa de Ayudas para la Protección y Conservación de Bienes Histórico Artísticos y ha recibido una subvención cercana a los 63.000 euros que ha permitido iniciar ya las obras de consolidación estructural de la capilla, anexa a la sede de Cáritas, donde vio la luz Adolfo Jiménez-Castellanos y Tapia, el general encargado de hacer la entrega oficial de la isla de Cuba a los Estados Unidos el primero de enero de 1899.

«Nuestra intención es continuar con la puesta en valor de este espacio patrimonial con el apoyo de la Diputación», reconoció, en declaraciones a CÓRDOBA, el alcalde de Montilla, Rafael Llamas, quien defendió la necesidad de recuperar este espacio una vez que finalice la intervención que arrancó la semana pasada y que permitirá resolver el peligro de derrumbe que presentaba el inmueble, apuntalado desde hace años para evitar desprendimientos sobre las instalaciones de Cáritas y, concretamente, sobre el Comedor Social San Juan de Ávila, que fue bendecido en octubre del 2015 por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y que cuenta con capacidad para atender a unas 80 personas.

La recuperación de la antigua capilla-oratorio de Los Dolores supondrá para el Ayuntamiento de Montilla «un recurso más para afianzar el atractivo de la Casa de las Aguas», donde se ubica el único museo dedicado a José Garnelo, «una figura fundamental de la pintura española contemporánea», como resaltó Rafael Llamas, quien añadió que la restauración de la capilla, a la que se accede a través del zaguán de la Casa de las Aguas, permitirá igualmente «incrementar los espacios culturales y la oferta turística de la ciudad».

De este modo, la empresa Mitronar trabaja desde hace unos días en el proyecto de consolidación estructural del inmueble que, como señaló la arquitecta jefa de la intervención, Mara Portero, «permitirá eliminar el riesgo de derrumbe que presentaba el edificio» tras el desprendimiento de algunos elementos y el desplazamiento de parte de uno de los muros laterales que soporta la cubierta del presbiterio. «El estado de este inmueble era realmente peligroso porque estaba prácticamente en ruinas», reconoció la arquitecta montillana, quien precisó que «la esquina más próxima a la casa de Cáritas se estaba desprendiendo y había provocado el desplazamiento del muro y de la cubierta».

De igual manera, la actuación está centrando parte de sus esfuerzos en la protección y conservación de los frescos de los hermanos Garnelo, algunos de los cuales se han perdido casi por completo como consecuencia de las humedades que registra el inmueble desde hace años.

Tal y como explica el investigador montillano Antonio Luis Jiménez, la capilla de la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores abrió al público el 27 de mayo de 1888 y de su arquitectura destaca la cúpula, donde José Santiago y Eloísa Garnelo representaron al fresco «el místico pensamiento de una Salve en el Cielo».

El académico José Morte Molina, contemporáneo de los artistas y autor del célebre libro titulado Apuntes históricos de Montilla, editado en 1888, hizo hincapié en la pericia de la mayor de los Garnelo, que fue la encargada de decorar «los recuadros que separan las ojivas» de la capilla, así como «tres medallones con ángeles y emblemas propios de la inmaculada virgen» que el Consistorio pretende ahora recuperar.