El Camino Mozárabe debe su nombre a que, en el siglo IX, tras el hallazgo del sepulcro de Santiago Apóstol, y como el territorio estaba ocupado por los musulmanes, la población cristiano-visigoda que residía en esta zona decidió preservar su cultura y su fe y decidió comenzar su peregrinación hasta la Catedral de Santiago de Compostela para mostrar su fervor a la tumba del apóstol. A estos cristianos se les denominó mozárabes, y de ahí el nombre de esta ruta.

En concreto, se trata de una senda en la que confluyen culturas, tradiciones, sentimientos, turismo y naturaleza, entre otros aspectos. Un trazado perpetuado en la historia, con un importante y destacable bagaje cultural. Un camino que ha sido puesto en valor por asociaciones jacobeas desde los inicios de la década de los noventa del pasado siglo.

Son indudables los valores de todo tipo con los que cuenta este camino a su paso por la provincia de Córdoba. El peregrino -que partiendo de los municipios de Jaén, Granada o Málaga- alcance la provincia cordobesa puede admirar vetustas fortalezas, puentes romanos o castillos, núcleos medievales y un sinfín de muestras arquitectónicas religiosas o civiles, ya sean musulmanas o cristianas, entre otras.

Además de estos vestigios de la historia, la provincia ofrece una gran variedad de paisajes naturales que la hacen especial, como los campos de olivar y cereal, dehesas de encinar y jara o monte, donde se pueden observar rebaños ovinos o vacunos pastando, zonas de Especial Protección de Aves y numerosos ríos y arroyos que debe cruzar el peregrino.

El proyecto cuenta con un presupuesto total de 2.435.790 euros y está cofinanciado en un 75% por fondos Feder. La Diputación, que participa en las seis actividades del proyecto con 197.754,46 euros, tiene a su cargo el desarrollo de la actividad cuarta para la constitución de la Red Transfronteriza del Camino de Santiago, que permitirá continuar poniendo en valor más allá del 2021 la duración del desarrollo del proyecto.