La Semana Santa de la provincia llegó ayer a su fin con un balance bastante positivo, pese a la lluvia del Viernes Santo, que deslució los desfiles procesionales. Los últimos tuvieron lugar ayer con la salida del Resucitado, que llenó de nuevo las calles de público gracias al buen tiempo reinante.

En Puente Genil, la Semana Santa llegó a su punto y final con un Domingo de Resurrección marcado por el buen tiempo, donde una multitud de personas aprovechó el día de sol radiante para salir a la calle y ver la procesión de Nuestro Padre Jesús Resucitado y Nuestra Señora de la Alegría, además del tradicional desfile de todas las figuras bíblicas y el paso del Imperio Romano. En Montilla, la hermandad del Resucitado y Nuestra Señora de La Paz puso el broche de oro a la Semana Santa con un colorista desfile procesional en el que pudieron participar hermanos de todas las cofradías de la ciudad con sus respectivos bordones y túnicas. El desfile comenzó con el encuentro que protagonizaron el paso del Señor Resucitado y el de Las Tres Marías, un misterio realizado por el artista cordobés Antonio Bernal y que es portado por costaleras. En Baena, la Real Archicofradía de Nuestra Señora del Rosario y Santo Cristo Resucitado procesionó con la participación de numerosos judíos de la cola negra, anunciando con el sonido de su tambor la resurrección de Cristo. Junto a la imagen del Resucitado procesionó Santa María Magdalena y Nuestra Señora del Rosario, que este año ha sido restaurada.

En Fuente Obejuna, la procesión del Resucitado comenzó hacia la una de la madrugada. Portados por hermanos jóvenes de la cofradía del Santo Entierro, se produjo el encuentro de las imágenes en la plaza Lope de Vega y comenzó el revoloteo de banderas, al que siguió la quema de fuegos artificiales. El desfile procesional de la cofradía franciscana de Nuestro Padre Jesús Resucitado y Nuestra Señora de los Ángeles puso un brillante epílogo a la Semana Santa en Lucena. Los pasos de la cofradía franciscana fueron mandados por Daniel Arcos y Gabriel Carnerero. La Semana Santa lucentina ha recibido a centenares de visitantes y tendrá continuidad el próximo sábado con las procesiones infantiles. En Priego, tras la eucaristía celebrada en su sede, las imágenes titulares de la hermandad del Resucitado iniciaron a mediodía desde la iglesia de la Virgen de la Cabeza el itinerario que se completaba a las tres de la tarde, destacando en el cortejo la presencia de representantes de la Corporación y fuerzas del orden público, así como de todas las cofradías y hermandades de penitencia.

El desfile de Jesús Resucitado de Fernán Núñez, obra del escultor local Juan Polo, incorporó este año el estreno de una imagen de San Juan Evangelista para completar la imaginería de las hornacinas del paso del señor. La procesión terminó con tracas para conmemorar la Resurrección. En Cabra, con el paso del Resucitado, que procesiona la Agrupación General de Hermandades y Cofradías, obra del imaginero cordobés José Antonio Cabello Montilla, precedida de un cortejo lleno de colorido en el que participaron representantes de cada una de las cofradías egabrenses, se puso fin a la Semana Santa. Jesús Resucitado cerró también la semana mayor menciana con un ambiente festivo y lleno de color. En Rute, la procesión de Jesús Resucitado, realizada en madera de cedro, es portada por 36 costaleros sobre un paso de estilo sevillano. Palma del Río recibió al Resucitado, en una mañana de domingo luminosa para una hermandad que tiene su sede canónica en el centro de la ciudad. En Bujalance voltearon las campanas de la catedral de la Campiña en la salida de la imagen de Jesús Resucitado, última obra de Martínez Cerrillo, sacada por hombres a costal y la Virgen de la Alegría, del mismo autor. En Montoro, el Resucitado fue acompañado por numerosos fieles.