El Ayuntamiento de Belmez ofrece a sus vecinos cambiar el pago de las multas tráfico por trabajo comunitario en caso de que tengan dificultades económicas para su abono, siempre que no se trate de infracciones muy graves y buscando la "reeducación de la persona infractora".

Este principio, junto al de agudizar el "sentido de responsabilidad al enfrentarse directamente a las consecuencias de sus actos y al daño causado", son dos de los objetivos que persigue la ordenanza, que entró en vigor durante el confinamiento pero que aún no ha sido puesta en marcha por falta de demanda.

A lo que no está dispuesto el alcalde de Belmez, José Porras (PSOE), es que, con independencia de la situación económica de cualquier ciudadano, las reglas de tráfico no se respeten. "Lo primero que tenemos que exigir es que las normas se cumplan", afirma en una conversación con Efe.

La segunda premisa es que en este municipio, con 2.923 habitantes según las cifras el padrón municipal a 1 de enero de 2019 y con "tasa de desempleo muy alta" -en junio constan 687 personas-, las multas no se quitan.

El alcalde nunca ha sido partidario "de quitar ninguna sanción", pese a que recibe personalmente a quienes van a exponer al Ayuntamiento el problema que supone abonar los 100 o 200 euros de las infracciones leves o graves a las normas de tráfico.

En Belmez no hay una ordenanza de tráfico que atenúe el precio de la sanción o que llegue a condonar la primera en el caso de que sea de carácter leve, como sucede en Córdoba, una medida vigente desde principios de los años 90 del siglo pasado e instaurada mediante un bando por Herminio Trigo como alcalde.

Lo que sí hay -precisa- es una tasa de desempleo "muy alta y mucha gente que no podía hacer frente a la sanción, ese es el motivo por el que sacamos la ordenanza".

Por ello, "aquella persona que justifique de sobra que no tiene ingresos suficientes para hacer frente a la sanción puede compensarla con un trabajo social", oportunidad que da únicamente a quienes "“no la pueden pagar", precisa Porras, circunstancia que no recoge la normativa ya en vigor y de la que hasta ahora ninguno de los sancionados ha hecho uso de ella.

"La idea surgió de mí porque era quien recibía a las personas sancionadas y todas venían con el mismo problema, que no podían hacer frente a la sanción", recuerda el alcalde, que afirma que la tasa de sanciones de tráfico no es muy alta en el municipio.

Tampoco es que haya mucho despliegue policial. Aparte de las multas que pueda imponer la Guardia Civil, la dotación actual a la Policía Local es de dos agentes a la espera de que acaben la formación otros dos que se encuentran en prácticas.

Ante el problema se decidió buscar una solución y "la única posibilidad de que se le pudiera hacer frente a esto sin la necesidad de quitar multas era con esta ordenanza", justifica el regidor.

Quienes soliciten abonar con trabajo comunitario las multas deberán hacer en "servicios varios, limpieza viaria sobre todo", mediante una fórmula que compensa el importe de la sanción mediante una fórmula que valora las horas de ejecución de la medida sustitutoria a imponer aplicando el precio/hora del salario mínimo interprofesional para los trabajadores no cualificados temporales.

Pero, además, quienes opten por este camino para penar sus malos pasos en el cumplimiento en la seguridad vial en Belmez deberán no ser reincidentes en la misma falta en los últimos doce meses, y, si ya ha pasado por los trabajos en beneficio de la comunidad, no tener "informe desfavorable por la sustitución de multa" en el expediente anterior "o informes desfavorables por su participación en actividades previas de voluntariado", según señala la ordenanza.