El Ayuntamiento de Belalcázar ha enviado un escrito a la embajada de Colombia en España y otro al Consulado General de España en Bogotá para mostrar su malestar por el derribo en Colombia de una estatua de Sebastián de Belalcázar (1495-1551), originario de esta localidad y que conquistó y fundó ciudades en América.

En su escrito, que firma el alcalde, Francisco Luis Fernández, el consistorio belalcazareno señala que “viene asistiendo con preocupación” a la agresiones a la figura de Sebastián de Belalcázar, con el derribo por parte de un grupo de personas de una estatua suya en la ciudad de Popayán, “con la cual estamos hermanados”, y todo ello “ante la pasividad de las autoridades policiales, tal y como muestran las imágenes que circulan por internet y que han mostrado los medios de comunicación”.

Añade que es un personaje que “con sus luces y sus sombras, forma parte de nuestra historia y nos merece un respeto” por ello muestran su malestar por las agresiones contra su figura y dado que cuenta con esculturas en otras ciudades, además de Popayán, piden a las autoridades que las protejan de estas acciones.

El Ayuntamiento de Belalcázar explica que comprende el derecho a ejercer la protesta por parte de las comunidades indígenas como medio de expresión, pero no entiende “por qué hay que focalizar ese malestar con el derribo de una estatua que forma parte sustancial de la historia de Popayán”, ciudad que este belalcazareño fundó el 13 de enero de 1537.

En mayo de 1540, el rey Carlos I de España nombró a Sebastián de Belalcázar, Adelantado de España, otorgándole el cargo de gobernador de Popayán y de un amplio territorio ubicado en los actuales Colombia y Ecuador.

El pasado 16 de septiembre un grupo de indígenas de la etnia misak decidieron tumbar, mediante el uso de unas cuerdas, la estatua de Sebastián de Belalcázar, al que acusan de oprimir y esclavizar a la comunidad y para “"reivindicar la memoria de los ancestros asesinados y esclavizados por las élites", en un contexto en el que estatuas de conquistadores españoles, como el mismo Cristóbal Colón, han sufrido agresiones en distintos lugares.

La estatua derribada es obra del artista español Victorio Macho y fue erigida en el Morro de Tulcán, el principal sitio arqueológico de Popayán, en 1937.