El concejal de Educación en el Ayuntamiento de Puente Genil, José Antonio Gómez, ha informado en una entrevista concedida a Onda Cero Puente Genil que el órgano local ha actuado para paliar las consecuencias de las bajas temperaturas tanto en el CEIP Castillo Anzur como en el IES Fuente Álamo ante la rotura de las calderas de los respectivos centros educativos. En el caso del colegio, el Consistorio ha querido, sin ser su competencia, buscar un sistema de climatización alternativo de modo que refuerce la instalación eléctrica. Esta medida ha permitido que varias aulas estén dotadas de estufas eléctricas y otra clase de aparatos de aire acondicionado que, de cara al verano, tiene sus ventajas.

La falta de calefacción en las aulas del CEIP Castillo Anzur de Puente Genil fue en febrero del año pasado una razón que detonó la organización de una concentración de padres, madres y escolares a las puertas del centro. El fin era pedir a las instituciones competentes una solución a un problema que, según manifestaban los asistentes a la reivindicación, existe desde hace varios cursos y obliga al uso de bufandas, chaquetones, gorros, guantes, e incluso mantas bajo los pupitres de los alumnos durante el transcurso de las clases.

Por otro lado, Gómez ha señalado que en cuanto a la solución a la problemática del IES Fuente Álamo -centro en el que el edil imparte clases- hay un compromiso del anterior delegado de Educación de la Junta para renovar la caldera para el curso 2019/2020, algo que ya suscitó las quejas de los padres porque reclaman una solución inmediata. Mientras tanto, el Ayuntamiento ha puesto a disposición del centro una docena de estufas con el suministro de parafina para su funcionamiento.

David Franco, presidente del colectivo de padres del IES Fuente Álamo y miembro del Consejo Escolar, informó a finales de noviembre que los técnicos reparadores de la caldera actual informaron en marzo del pasado año de la necesidad de cambiarla por otra nueva. En octubre de 2018 la Agencia Pública Andaluza de Educación respondió a esta problemática, cuya reacción no ha sido del gusto de los padres de los alumnos de entre 12 y 16 años que asisten a clase en el centro. «Este curso el alumnado sufrirá las consecuencias, y no vamos a permitir ni vemos justo que haya políticos en sus despachos en condiciones óptimas de trabajo y que haya niños que estén pasando frío».