¿Qué sería hoy día de Almedinilla sin el descubrimiento en 1988 de su villa romana y particularmente sin el hallazgo de la escultura de Hypnos? Aunque ya era conocida por su poblado íbero del Cerro de la Cruz, por la calidad de sus aceites y por la belleza de algunos de sus enclaves, la aparición del dios del sueño que va extendiendo la noche con el cuerno que sostiene en la mano derecha y provocando el sueño con una flor de adormidera, fue determinante para que, hoy, la localidad de la Subbética tenga en su rico patrimonio arqueológico una de sus principales fuentes de riqueza, generando a su vez un gran número de empleos.

Casi treinta años después de aquellos excepcionales hallazgos, nadie pone en duda que éstos marcaron un antes y un después en esta localidad de la Subbética de poco menos de 2.500 habitantes, y que, a día de hoy, el presente y el futuro de Almedinilla esté estrechamente ligado a su patrimonio cultural, al margen de la implicación de todo el pueblo, con su Consistorio a la cabeza.

Buena prueba de ello se vuelve a poner de manifiesto durante estos días con una nueva edición de las jornadas iberorromanas Festum, este año centradas en el sueño, la muerte y la curación, que en la antigüedad constituían un todo estrechamente relacionado con Hypnos.

Once días de actividades formativas, creativas y lúdicas, con las que se ponen en valor los tesoros que Almedinilla alberga, entre ellos el de sus gentes, que han hecho de su patrimonio arqueológico y cultural una de sus señas de identidad.