Añora se ha convertido en un inmenso tablero de juegos en el que destaca la diversión, pero sin olvidar la seriedad a la hora de hacer las pruebas porque hay que ir sumando puntos para escalar posiciones en la clasificación general.

No obstante, en las Olimpiadas Rurales de Los Pedroches sobre todo prima la deportividad y jamás se emplea la palabra rival porque entre los 48 equipos participantes hay sobre todo convivencia y buen ambiente.

Casi sin tiempo para el descanso, después del inicio en la noche del viernes, ayer sábado la jornada fue frenética y comenzó a las 9.00 horas de la mañana, con el desayuno que ofreció el Ayuntamiento a los 960 participantes. Además, de las 17 pruebas de las Olimpiadas, 10 se celebraron ayer sábado. Por la mañana, la primera fue la de los mizos, que consiste en tirar una pelota de madera de encina y derribar varios tarugos de unos 40 centímetros. Luego llegó la de los tiraores, que es como se conoce a los tirachinas en Los Pedroches, antes de dar paso al lanzamiento de adoquín y a la carrera de sacos, que reunió a más de 1.500 personas en la calle Pedroche, donde las aceras estaban llenas de gentío al mediodía.

Tras disfrutar de un rato de piscina y del almuerzo, a las 17.30 horas se retomó la competición con los zancos en el parque periurbano, las cintas en la Plaza de España y la soga en el colegio público. Y por la noche fueron protagonistas la carretilla, la sillita de la reina en la Plaza de Toros y la prueba del baile de la jota, al filo de la medianoche.

El alcalde de Añora, Bartolomé Madrid, señaló que las Olimpiadas Rurales «se han convertido en una muestra de sano divertimento y civismo que dice mucho de los participantes». Hoy se disputarán las últimas pruebas y al mediodía se entregarán los premios.