La Comunidad Ahmadía del Islam, con sede nacional en Pedro Abad, celebró ayer una nueva reunión anual (Yalsa Salana) en la que profundizó sobre su mensaje de «paz duradera» a nivel internacional, recibiendo el apoyo de diversas instituciones civiles, tanto locales como comarcales y provinciales.

El acto fue presidido por el emir de dicha comunidad con origen en Pakistán, Abdul Razak, quien dio la bienvenida a los más de un centenar de asistentes de todo el territorio nacional. También intervinieron varios miembros de esta comunidad, como Ata Ilahi Mansur y su hermano Kamar Ilahi, quienes destacaron la buena acogida que tuvieron desde que su padre, como primer misionero, llegó a España y tuvo audiencia con Franco, en la dictadura, y posteriormente en la transición y la democracia, «con lo que nos sentimos gratamente acogidos en esta, nuestra tierra».

Por otro lado, intervinieron el arquitecto Antonio Cortés y el presidente del Colegio Oficial de Agentes Comerciales, Antonio Serrano, quienes manifestaron «el carácter solidario, pacífico y catalizador de esta comunidad en la defensa de los valores de paz y confraternidad de la religión musulmana», calificándola de ejemplo a nivel mundial.

Al encuentro anual, seguido también desde diferentes medios locales, provinciales e internacionales, acudieron un gran número de amigos de esta comunidad musulmana, tanto a nivel colectivo como empresarial, quienes resaltaron su vocación pacífica, desde la construcción de la primera mezquita en España tras siete siglos, que fue en Pedro Abad, concretamente la denominada Basharat.

También resaltaron el valor de su confraternidad, que se extiende actualmente a 200 países y cuenta con más de 190 millones de fieles a nivel mundial.

La comunidad musulmana Ahmadía fue fundada en el año 1889 por Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadian (India), quien afirmó, bajo guía divina, ser el mesías prometido y el Imam Mahdi, cuyo advenimiento era esperado por todas las religiones del mundo. Defendió las enseñanzas pacíficas del Islam, revivió la fe e inspiró a sus seguidores a construir un fuerte vínculo con Dios y a servir a la humanidad con un espíritu desinteresado de compasión y humildad.