La talla cedida a la orden Trinitaria por un empresario vasco del textil, López de Gárate, es epicentro de la fe de La Rambla 300 años después de su fundación. La Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de los Dolores, que naciera el 27 de enero de 1719 con una centena de fieles, cuenta hoy con más de un millar de hermanos. Se fundó como cofradía asistenciaria y de rezo.

La imagen del Cristo es una talla de principios del siglo XVII, mientras la Virgen de los Dolores se une como titular a finales del XVIII. Ambas son anónimas. La cofradía del Viernes Santo tiene a la Hermandad de Costaleros de la Virgen de los Dolores como la más antigua de España, con estatutos fechados en 1972 en el Obispado de Córdoba, en detrimento de la Buena Muerte sevillana.

A la marcha de los monjes de la iglesia de la Santísima Trinidad, en 1971, el templo se declara en ruinas y se mudan a la parroquia de la Asunción. Un tramo de socavones en el traslado de la Virgen inició el camino. Jorge Jiménez, exhermano mayor, recuerda que «con la gente que había en los bares cercanos, Pepe Valls conforma una cuadrilla para salvar el camino y la experiencia es tan buena que se realizan los estatutos». Tomás Rojas, capataz desde el 2012, reconoce «la organización atípica», al ser un grupo que no ensaya debido al vínculo dilatado entre los propios costaleros de la Virgen.

También la agrupación musical Cristo de la Expiración celebra su 40 aniversario, poniendo los sones tras la creación por Manuel Marín y la posterior profesionalización de la banda de su hijo Antonio Marín.

La savia nueva llega a la cofradía de la mano de Maribel Aguilar, nombrada hermana mayor a los 28 años de edad. Con la responsabilidad de ser la primera mujer en el cargo, reconoce que «nunca se habían puesto trabas». Afirma que no estaba entre sus planes dar el paso, «pero me necesitaban, al no haber nadie que se presentara en las elecciones».

Entre los actos de conmemoración de la efeméride destacan la asistencia a la audiencia papal en Roma el 1 de mayo, una peregrinación a la Virgen de la Cabeza y una procesión extraordinaria aún con fecha por determinar como culmen. La principal novedad de esta Semana Santa es la restauración de la Virgen, obra de Miguel Ángel González.

El joven capataz del cristo, Pedro Sánchez de Puerta, cuenta a sus 25 años que está «en un sueño al ser en un año tan importante», y que «no seré yo quien haga cambios al tener una idiosincrasia arraigada». Dirigirá un paso con entidad. La cesión por el Ayuntamiento de cipreses del antiguo cementerio, en la década de los 50, dio lugar a la conversión de esa madera por el artista local Sebastián Salado. «Todo se hizo en casa a través de hermanos de la cofradía», asiente orgulloso Jorge Jiménez. «Para que cuando la hermandad pueda, construya un trono acorde a la categoría del Cristo», rezaba ese documento de cesión.