Puente Genil encara el 2018 con la expectación propia que merecen sus aspiraciones más destacadas. A un año y medio de los comicios municipales, el equipo de gobierno socialista de Esteban Morales tiene al alcance de la mano lograr una serie de objetivos que le permitan seguir cumpliendo con su programa electoral. Además de ello, hay un asunto que se puede considerar el gran deseo: el traslado de los agentes de la Guardia Civil que prestan servicio en la localidad al nuevo edificio.

El caso sigue sin cerrarse tras más de una década de acontecimientos. Un largo proceso que comenzó en el 2004, del que se fueron conociendo diversas irregularidades y que acabó generando importantes noticias a nivel político y judicial. Parecía que en julio del 2013 todo iba a concluir con el final de la obra, pero el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado, informó que el nuevo cuartel no reunía los requisitos para proceder a la permuta definitiva de los edificios. Un informe elaborado por el Colegio Oficial de Abogados de Lucena planteaba que una vez subsanadas las deficiencias que presentaba la infraestructura, ésta iba a quedar libre para proceder al cambio de edificios en el Ayuntamiento y la Gerencia de Infraestructuras y Equipamiento de la Seguridad del Estado (Giese).

Todo parecía bien encaminado, pero la Giese informó al alcalde de que el nuevo edificio debía estar dotado de ascensores en la zona de las viviendas y de climatización en las oficinas. Estas dos exigencias no constaban en el proyecto, por lo que el Ayuntamiento tuvo que liberar en el año 2014 una cantidad superior a los 125.000 euros para destinarlos al cumplimiento de estos requisitos. Una vez realizado, aún queda un paso más por dar para pensar que el traslado será una realidad, como es el de la colocación de un transformador de energía eléctrica en el entorno del edificio, trámite que está pendiente de ejecutar desde hace varios meses.

Por otra parte, bien es sabido que la apuesta por la reurbanización del barrio de Miragenil tiene un valor muy importante para el gobierno local. Después de que el Consistorio se haya visto inmerso en algún procedimiento jurídico de obligado cumplimiento que ha retrasado en más de una ocasión el inicio de los trabajos, parece que los vecinos tendrán que esperar al desarrollo del primer trimestre del 2018 para que comiencen tanto la intervención en la calle Nueva como la obra del desdoble.

El alcalde, Esteban Morales, informó de que la reforma de la calle Nueva será el primer proyecto de los tres contemplados en dicho entorno. Así, la obra se ejecutará desde la calle Estepa hasta la plaza del puente de Miragenil con una partida presupuestaria ligeramente superior al millón de euros incluida en el Profea del nuevo año.

Además, la construcción de una nueva vía para desdoblar el tráfico de la calle Nueva debe iniciarse entre marzo y abril. Así se ha indicado en las últimas informaciones, pero la lentitud en el proceso de tramitación por la cuantía económica del proyecto (600.000 euros) repercute en los plazos que deben sucederse hasta la concesión definitiva de una obra cuya previsión para arrancar estaba fijada para el verano del pasado año. A estos dos proyectos hay que añadir el previsto en los terrenos de la antigua ladrillera. Esta última intervención, que tiene un presupuesto de medio millón de euros, corresponde a una primera fase en la que está incluida la construcción de un parque infantil y en otras sucesivas la nueva piscina al aire libre de Puente Genil. Dos ambiciones que el municipio quiere alcanzar para que el 2018 tenga ese lado próspero que la ciudadanía espera.