El Ayuntamiento quiere impulsar el zoco municipal. Para ello tiene dos planes. Por un lado, las obras anunciadas por la responsable de la delegación del Casco Histórico, Laura Ruiz, para mejorar su imagen. Por otro, el cambio en el modelo que rige la ocupación de los locales de artesanía (bakalitos) que planea el área de Gestión, que dirige Antonio Álvarez y que consistirá en pasar del alquiler a la concesión. Su idea es convocar un concurso para adjudicar los 15 bakalitos que hay, que en su mayoría están desocupados. Los contratos provienen de los años ochenta y han quedado extinguidos por el transcurso del tiempo, de ahí que el Ayuntamiento opte por una concesión.

Lo primero que tendrá que hacer el Ayuntamiento será «abrir un procedimiento de notificación de la extinción de los contratos de arrendamiento y señalar fecha para que queden vacíos con el fin de proceder posteriormente a un procedimiento de concesión demanial por los años y el canon que se establezca», según explica Álvarez. El Ayuntamiento tendrá que decidir si cede todo el inmueble de una vez o cada uno de los bakalitos de forma independiente. Álvarez se inclina más por la última posibilidad para dar cabida a cualquier artesano inscrito en el registro de la Junta. Con este procedimiento, a los locales podrá optar cualquier artesano que reúna los requisitos que se fijen en el pliego de condiciones y no solo los que están instalados ahora. El Ayuntamiento no se plantea dar más puntos por haber tenido contrato de alquiler al no ser posible.

La idea de Álvarez es que el zoco municipal tenga el nuevo régimen de funcionamiento a principios del 2021. «Hay que hacer la memoria y los pliegos y donde nos podemos encontrar los problemas es a la hora de resolver los contratos», reconoce, ya que, aunque «están prorrogados por tácita reconducción, puede haber algún inquilino que se muestre en contra y argumente que tiene otro tipo de derechos y los haga valer en el juzgado». En el zoco, explica, «hay puestos vacíos y otros cerrados pero que no están abandonados y tienen cosas dentro». El Ayuntamiento ya está trabajando en este procedimiento.

El Ayuntamiento quiere «poner el zoco en condiciones, que sea lo que era en su origen, que esté lleno y dar cobertura a muchos artesanos que tienen interés en ubicarse, sobre todo, del ámbito de la platería y joyería», indica. Para ello será fundamental el acondicionamiento de este espacio, cuyas obras, incluidas en el paquete de 320.000 euros de actuaciones anunciadas a principios de mes por Laura Ruiz para el casco, están adjudicadas y se ejecutarán este verano. Al ser un contrato menor, y según indica Ruiz, se ha hecho por invitación a empresas.

Historia

El Ayuntamiento compró en 1954 la casa número 19 de la calle Judíos para destinarla a mercado de artesanía. Dos años después abría sus puertas acogiendo a artesanos y pintores. En 1961 el Ayuntamiento publicó el régimen interior del mercado, que estaría constituido por talleres en los que se realizase producción artesana y en los que el público pudiera ver el proceso de elaboración. En 1985, el Pleno aprobó destinar el zoco a mercado permanente de la artesanía para revitalizarlo. Entonces, el Ayuntamiento hizo una oferta pública en régimen de alquiler de diez bakalitos para intentar volver a dar vida al zoco. El 21 de junio de 1986 el recinto reabrió sus puertas como mercado de la artesanía, recuperando su esencia. En 1987 hubo un nuevo expediente para alquilar los espacios que quedaban libres a la Asociación Cordobesa de Artesanos.