Al Andalus ha estado y sigue estando en el punto de mira del terrorismo yihadista. Esa es una de las conclusiones del documento de sobre la actividad yihadista en España de 2013 al 2017 del Real Instituto Elcano presentado ayer en Córdoba, en el seno de la Cátedra de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba, por Fernando Reinares, investigador principal y director del Programa sobre Terrorismo Global del Real Instituto Elcano y Carola García-Calvo, coautora del estudio. «El objetivo último de Al Qaeda y del Estado Islámico es el establecimiento de un califato panislámico que se extienda en el conjunto del territorio donde existe una mayoría de población musulmana y la recuperación del Islam en lo que ellos consideran territorios ocupados y desde la primera elaboración doctrinal de Al Qaeda hasta ahora, entre esos territorios islámicos se encuentra Al Andalus y no es inusual que se mencione en sus publicaciones». Prueba de ello, según Reinares, es que los terroristas del atentado de Cambrils «se definían como soldados del Estado Islámico en Al Andalus».

La jornada de ayer se centró en un documento elaborado a partir del análisis de los 232 yihadistas interceptados en España (8 fallecidos) desde el 2013, si bien Reinares cifra en 5.000 los salafistas radicalizados residentes en nuestro país. El perfil de estos individuos corresponde a un varón (90%) de entre 18 y 38 años (75%) de nacionalidad española y marroquí residentes sobre todo en Barcelona, Madrid, Ceuta, Melilla y, de forma incipiente, en Girona y Alicante. La mitad son hijos o nietos de inmigrantes procedentes de países musulmantes. Un tercio de esos 232 yihadistas españoles tenían antecedentes por delicuencia común antes de su captación. Según los datos facilitados, de los más de 30.000 individuos que desde el 2012 se han desplazado a Irak o Siria para integrarse en organizaciones yihadistas, el 20% son europeos, si bien España no ha estado entre los países con una mayor movilización frente a otros como Francia, Bélgica, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Suecia o Austria. La oleada de movilizaciones «se ha dado sobre todo entre descendientes de inmigrantes y es precisamente en esos países donde esas generaciones están más presentes mientras en España predominan los inmigrantes de primera generación que no han sido tan vulnerables a esa llamada», destacó Reinares.

Aunque se habla mucho de lobos solitarios, solo 1 de cada 10 detenidos en España eran actores solitarios frente a una mayoría integrada en células, grupos o redes terroristas. En cuanto al proceso de radicalización de los terroristas, el estudio descarta factores socioeconómicos o educativos y pone el acento en la captación de parte de agentes radicalizados como imanes, familiares, amigos o vecinos. La mujer, por su parte, cada vez tiene más protagonismo en el activismo violento salafista y ya representan el 10% de los militantes.