Una de las actividades más importantes que se producen en el aeropuerto de Córdoba son los vuelos de trasplantes, que se pueden producir en cualquier momento y que exigen celeridad porque los órganos tienen un tiempo máximo de vida. Contar con al menos dos bomberos resulta por tanto imprescindible para cumplir los protocolos previstos.

Cerrar el aeropuerto, una medida extrema que no se había adoptado antes, según fuentes de AENA, puede retrasar la llegada de los órganos, que gestiona la Organización Mundial de Trasplantes, ante la imposibilidad de emplear la vía de transporte más rápida. El hospital Reina Sofía aseguró ayer que la actividad trasplantadora no se ha visto afectada hasta el momento por el cierre del aeropuerto y «se desarrolla con normalidad».

Por su parte, según AENA, el helicóptero del 061 que opera en el aeródromo cordobés no se vería afectado por la falta de bomberos. «En ese caso -afirman-, el helicóptero cuenta con una carta operativa especial que les permite operar sin bomberos».

El anuncio de la puesta en marcha de una escuela de pilotos por parte de una empresa de Finlandia en el aeródromo cordobés ha alertado a los trabajadores, que temen que se lleve a cabo sin incorporar a más personal. Consideran que si ahora mismo la carga de trabajo y de horas es insostenible, especialmente en periodos vacacionales y cuando se produce alguna incidencia, AENA debería reforzar la plantilla y contar al menos con 6 o 7 bomberos y aumentar la dotación de personal de mantenimiento y administrativos.