Vox se quedó ayer solo en su negacionismo sobre dos asuntos que se abordaron en el pleno: el cambio climático y el andalucismo. El concejal Rafael Saco fue el encargado de defender la postura de su grupo en sendas mociones, la primera promovida por Ciudadanos y la segunda, por Podemos. En la primera cuestión, terminó aprobándose un plan de contra el cambio climático en Córdoba, basado en una declaración sobre emergencia climática, que curiosamente sí se aprobó por unanimidad el año pasado. En la segunda cuestión, Podemos logró que los colegios de la ciudad celebren el 4 de diciembre de 1977, como el que día que Andalucía se echó a la calle para reclamar una autonomía que terminó cuajando el 28-F. Asimismo, se aprobó la colocación de un busto de Blas Infante, padre de la patria andaluza, en la plaza de la Juventud, y la celebración de un homenaje en esa fecha histórica.

Los concejales del partido de Abascal --los únicos que no han aprobado el acuerdo para el destino de 17 millones de remanentes a ayudas económicas-- lucieron en el pleno unas camisetas en las que podía leerse: «Nos contra todos, todos contra nos». La cuestión de la identidad andaluza fue la defendida con mayor pasión por la bancada de la izquierda (provocó incluso una salida de tono de la concejala de Podemos, Cristina Pedrajas) y la que llevó a Vox a asegurar, después de hablar de Blas Infante como un «político frustrado», «islamófilo» y que vivió del «victimismo», que «la patria andaluza no existe».

El portavoz de IU, Pedro García, le contestó que Andalucía es una realidad histórica y una nación dentro de un país»; Cristina Pedrajas, que «el orgullo de ser andaluz no debería tener signo político»; y Alicia Moya (PSOE) reclamó el 4D como el día «en el que el pueblo andaluz, condenado al atraso, al aislamiento y a la marginación, entendió que debía alzar la voz». También PP y Cs reconocieron pese a «sus luces y sombras» la altura de Blas Infante y se mostraron herederos de ese «andalucismo constitucional».

Respecto al cambio climático, Saco --después de ironizar sobre los vaticinios de las Naciones Unidas-- aseguró que se quiere imponer «un programa de transformación política y moral», «una nueva religión civil mundial que no admite el disentimiento» en materia climática. Cs trató de sumar a Vox al consenso con una moción transaccional que rechazó Podemos. «No necesitamos a Vox para nada», concluyó Cristina Pedrajas.