Vox ha realizado un balance sobre el primer año de la actual Corporación municipal y el trabajo del equipo de gobierno liderado por el alcalde, José María Bellido, en el que le ha mandado el mensaje de que se plantee este otoño una crisis de gobierno y “haga una remodelación en el reparto de las delegaciones". De esa manera, y según ha indicado la portavoz del grupo municipal, Paula Badanelli, "tendrá al lado a Vox, de otra manera lo vemos complicado”.

Badanelli piensa que “Ciudadanos no está dando la talla en delegaciones tan importantes como Turismo, Comercio o Servicios Sociales, cuya importancia ha crecido con el coronavirus". A su juicio, "Servicios Sociales es un absoluto polvorín, en comercio falta cercanía y en Turismo han hecho bueno a Pedro García”. La portavoz de Vox ha pedido que el reparto de competencias se ajuste al número de votos y “que el alcalde cumpla lo que le pidieron los cordobeses porque si no lo hace las consecuencias las pagará la ciudad”.

El balance de Vox no resulta positivo en el primer año de mandato ya que considera que “no se han sentado las bases para poder avanzar por lo que estamos igual o peor que hace un año”, matiza Badanelli.

Por su parte el edil de Vox en el Ayuntamiento de Córdoba, Rafael Saco, ha insistido al gobierno municipal que “restablezca los nombres del callejero que se han cambiado por la Ley de Memoria Democrática y se haga un Pleno de desagravio para las familias que han visto humillado el nombre de sus familiares”. Ha sido, según Saco, un año en el que Vox ha mantenido su ideología y principios, “hemos denunciado las mentiras de los chiringuitos subvencionados que dicen defender a las mujeres y no sirven nada más que a intereses políticos”. El edil añade que “el máximo capital de Vox son nuestras ideas y no vamos a traicionarlas por un puñado de votos. En Vox somos más de cumplir lo que decimos, aunque sea sin consenso".

Vox considera nula la gestión de algunas áreas y destaca la falta de gestión y la mala imagen en delegaciones como Urbanismo, donde “la estafa que se ha producido por la falta de diligencia al comprobar los datos antes de hacer una transferencia de cientos de miles de euros, es imperdonable”.