El vivero de empresas de la Fuensanta se convertirá en centro de formación y empleo de la Fundación Prode. El edificio, que se reformó con los fondos anticrisis de hace una década, lleva sin uso desde entonces y ha sido cedido gratuitamente y por diez años por el Instituto Municipal de Desarrollo Económico (Imdeec) a Prode para que lo llene de actividad y favorezca la inclusión de las personas con discapacidad. El alcalde, José María Bellido, y el presidente de Prode, Blas García, han visitado el edificio junto a la presidenta del Imdeec, Blanca Torrent, y al concejal de Inclusión, Bernardo Jordano.

La idea de Prode es tener listas las aulas que pretende preparar en el edificio, que dispone de 1.400 metros cuadrados, y abrirlo en septiembre, creando en un primer momento seis puestos de trabajo para después ir a más. La inversión estimada en este proyecto será de 200.000 euros.

El objetivo de Prode es “crear un centro inclusivo de formación y generación de empleo”, según ha indicado García, que “beneficie a las personas con discapacidad y, especialmente, a las que tienen discapacidad intelectual”, que son las que más problemas se encuentran.

Para dar una idea de la situación de las personas con discapacidad tanto en el ámbito formativo como en el laboral, Blas García ha ofrecido algunos datos. De los dos millones de discapacitados que hay en España con edad de trabajar, es decir, de entre 16 y 64 años, 13.182 están en Córdoba.

Si solo el 0,4% de la población general no tiene estudios, cuando se habla de discapacitados el porcentaje sube al 5% y al 26% si se trata de discapacidad intelectual. Lo mismo ocurre con los estudios primarios, donde los porcentajes van ascendiendo del 8%, al 20% y al 35%, respectivamente; con los secundarios, donde ocurre al revés, las cifras van mermando, lo que significa que tienen este tipo de estudios el 56% de los ciudadanos españoles, el 56% de la población discapacitada y el 39% de la que tiene discapacidad intelectual. En el caso de los estudios superiores, se pasa del 35%, al 17% y al 0%, respectivamente.

En cuanto al empleo indirecto, y según indica García, también hay grandes diferencias, con una tasa de actividad que va del 77% en la población general, al 34% en la discapacitada y al 31% en la que posee discapacidad intelectual. Respecto al empleo directo los porcentajes son del 65%, 25% y 20%, respectivamente. Además, y según el presidente de Prode, "es el sector de población más vulnerable", ya que el 90% de los trabajos son temporales y el 17% de los trabajadores tienen los salarios más bajos. A eso se suma, añade, que "el 31% de las personas con discapacidad están en riesgo de exclusión social". Por ello, señala, "hay que empezar por la formación y orientarla hacia el empleo".

Además de promover la inclusión y el empleo, el alcalde ha destacado el hecho de “desatascar un espacio que lleva diez años cerrado". En el centro, además de formar a discapacitados intelectuales y con un grado de discapacidad física mayor al 32%, se dará servicio a las empresas que quieran contratarlos.

El vivero de la Fuensanta, conocido como el Pocito, se concibió como un centro con 24 espacios comerciales y contó con una inversión de 771.400 euros procedente de los Fondos Estatales de Inversión Local. Además de los 24 locales en los que está dividido, que van desde los 15 a los 23 metros cuadrados, el vivero fue diseñado con sala de reuniones, cafetería y espacios comunes. Sin embargo, nunca llegó a abrirse y durante el tiempo que ha estado cerrado ha presentado problemas de humedad.