Juan José Machado se puso al frente de la taberna Los Mosquitos hace 28 años, junto a su tío, experto en vinos. Ambos se quedaron con un establecimieto tradicional del barrio que despachaba caldos de la tierra y alguna que otra cerveza, pero decidieron darle una vuelta de tuerca.

Además de los vinos de Montilla-Moriles comenzaron a vender jamón, chacinas, quesos y conservas de primera calidad y, desde entonces, este negocio, al que acuden parroquianos de siempre, se ha convertido en su vida.

En Los Mosquitos, una taberna clásica que debe su nombre a los insectos que revolotean sobre los caldos cuando están fermentando, se dan cita clientes de todas las generaciones y estilos de vida que llegan hasta aquí para deleitarde con sus productos, en especial el queso. De hecho, asegura que tiene clientes de toda España que cada año le hacen encargos. Y es que el queso, señala, hay que saber mantenerlo. Por eso lo almacena en una alhacena de madera y los cura a mano con baños de aceite hasta conseguir ese «sabor particular que lo hace tan rico».