La empresa municipal Vimcorsa ya tiene perfilado su programa de permuta de viviendas con el que pretende atender las necesidades habitacionales existentes y que quiere tener aprobado en julio. La presidenta de Vimcorsa, Alba Doblas, y el gerente, Rafael Ibáñez, han presentado hoy los detalles de este programa que está ligado al registro de ofertantes que puso en marcha el mes pasado y que hará llegar al Consejo del Movimiento Ciudadano, a sus consejeros y a otras entidades para que realicen las aportaciones oportunas. El programa pretende satisfacer las necesidades de las personas que vivan en una vivienda considerada inadecuada y entre ellas está el supuesto de las situaciones de violencia machista. En la larga lista de beneficiarios de este programa se encuentran las personas mayores o dependientes que tengan barreras arquitectónicas en el lugar en el que residen, los que viven en pisos que necesitan reformas urgentes cuyo coste no pueden asumir, los que han visto cómo sus ingresos han disminuido y no pueden afrontar el pago de la hipoteca, o los que padezcan problemas de convivencia o seguridad en el entorno en el que residen.

La labor de Vimcorsa será mediar entre las familias que se acojan al programa y que deseen un cambio de titularidad de sus viviendas, a las que pondrán en contacto y asesorarán. También atenderá los casos en los que la familia pretenda cambiar su vivienda por una de titularidad de Vimcorsa en régimen de venta. Otro supuesto en el que intervendrá la empresa es en el de unidades de convivencia que deseen vender su piso a Vimcorsa y ocupar otro en régimen de alquiler de la empresa municipal. En cuarto lugar, están los casos en los que solo se busca una permuta de uso. En cualquiera de los supuestos, un requisito será la inscripción del interesado en el registro de ofertantes.

La idea de Alba Doblas es que este programa, que es “el complemento necesario al registro de ofertantes”, al que dota de “más utilidad”, tenga “recorrido participativo antes del próximo consejo de administración”. Para ello, se abre un plazo de un mes para realizar aportaciones. Doblas explica que se han previsto “distintas soluciones” para ayudar a “los que están encerrados en su vivienda como en una prisión”, para resolver situaciones como la falta de ascensores, para responder a los casos en los que la “vivienda es una cárcel económica” de su morador, o para las víctimas de la violencia machista, entre otros.

Hasta ahora, y según Doblas, el programa ha despertado el interés de personas mayores “que quieren acceder a viviendas más pequeñas”, muchos de los cuales no están dispuestos a ceder la titularidad pero sí el uso de la misma. También se dan situaciones de violencia machista, “en las que el cambio de vivienda es relevante, y de dificultades en la convivencia”.

En abril, los responsables de la empresa, ya anunciaron que le registro de ofertantes iba a contemplar la permuta.