Vivían en la calle, sin un techo donde cobijarse, hasta que llegó a nuestras vidas el covid-19. Entonces, su vida, como la de todos, dio un giro de 180 grados, y desde el pasado jueves, los sin techo tienen techo y lo tienen gracias a la Universidad de Córdoba, que cedió el colegio mayor Séneca para acogerlos, y al Ayuntamiento de Córdoba, que ha dispuesto lo necesario para atenderlos.

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Así, aunque en principio entraron 73 personas, este lunes conviven en el colegio mayor, desde hace cinco días, 81 personas, en un 80% hombres, que en su mayoría no superan los 50 años. Pero no están ahí todos los sin hogar en Córdoba, que llegan casi al centenar. Algunos permanecen en la calle, porque no han querido acogerse a esta medida, según el Ayuntamiento. Son atendidos por 12 trabajadores, que trabajan por turnos, entre trabajadores sociales, educadores sociales, auxiliares de clínica y psicólogos, además de por Policía Local, que controla la seguridad interior y exterior.

Pese a que son personas acostumbradas a vivir sin normas y sin compañía, «no está habiendo grandes conflictos en la convivencia diaria», admiten desde el Consistorio. No obstante, se han tenido que someter a una serie de normas que pasan por «guardar las distancias de seguridad entre ellos, el establecimiento de horarios para comidas y aseo personal, la prohibición de recibir visitas o de salir a la calle y el impedimento para introducir bebidas o alimentos de fuera», entre otras.

Tienen sus propias habitaciones y un control de su salud, gracias a la colaboración con la Delegación de Salud y Familias.

La delegada de Servicios Sociales del Ayuntamiento, Eva Timoteo, ha declarado este lunes a este periódico que con la Delegación de Salud de la Junta «se está en permanente contacto para el día a día y por si hubiera que hacer frente a alguna situación de emergencia», y ha resaltado la labor de los trabajadores que prestan allí su labor en contacto directo con estas personas. Igualmente, agradeció la colaboración de entidades sociales y de empresas privadas que, «con su apoyo, han hecho posible que se puedan abrir las puertas del colegio mayor Séneca».

Desde la coordinación de este improvisado albergue de lujo, se ha informado este lunes que la gestión de la ropa se hará directamente por el Ayuntamiento, por lo que no es preciso enviarla allí.